Hablar de propósito en las empresas se ha puesto de moda y creo que a diferencia de otras, es una tendencia muy positiva que nos incentiva a definir una razón más amplia para su existencia que el beneficio propio, empujándolas a pensar en un sentido de trascendencia y de impacto social positivo. Esto tiene que ver con la capacidad de las organizaciones para crear valor compartido para la sociedad. En este contexto, el impulso a la diversidad, la inclusión y la participación de las mujeres en las posiciones de liderazgo son aspectos fundamentales.
Tres conceptos estrechamente relacionados con las mujeres resumen bien mi propósito personal: el emprendimiento, la salud y la equidad de género.
Primero la salud. En este entorno es necesario entender a las mujeres como pacientes, cuidadoras y trabajadoras del sector. Ellas cuidan a 97 por ciento de los enfermos, pero solo ocupan 6 por ciento de las posiciones directivas, una ventana muy pequeña para incidir en las políticas públicas y en las decisiones estratégicas. En un México con graves problemas de salud pública, se requiere la participación concreta de las mujeres, más allá de las cuotas, porque ellas toman 80 por ciento de las decisiones cotidianas de su salud, la de sus pacientes y la de sus familias.
Ahora hablemos de emprendimiento. En la Asociación de Emprendedores de México (ASEM) presentamos la Radiografía del Emprendimiento femenino. Dentro de los principales hallazgos conocimos que actualmente las empresas fundadas por mujeres facturan en promedio 60 por ciento menos que las fundadas por hombres sin embargo, las emprendedoras alcanzan en menor tiempo la rentabilidad en sus negocios, 13 por ciento más rápido que los hombres. Además, el principal empleador de femeninas son las empresas de mujeres, con hasta 72 por ciento de colaboradoras, frente a 38 por ciento en las empresas fundadas por hombres. El estudio reveló que 11 por ciento de las emprendedoras viven en una condición de discapacidad, 7.4 por ciento se identifica como parte de la comunidad LGBTTTI, 3.5 por ciento pertenece a pueblos indígenas, 4.1 por ciento es migrante y 0.6 por ciento forma parte de la comunidad afromexicana.
Un mundo con igualdad implica la construcción de una nueva sociedad en donde el liderazgo femenino y la participación de la mujer en la economía sean la normalidad, las tareas de cuidado se entiendan como una responsabilidad compartida y resulte inaceptable cualquier forma de discriminación y violencia de género.
sgs