Pacientes con enfermedades crónicas han sido olvidados en la pandemia

FT Mercados

La falta de atención a las enfermedades crónicas durante la pandemia, elevará 16% la inflación en salud en 2021 en México.

Los pacientes con enfermedades crónicas acuden a sus clínicas para reanudar sus tratamientos.
Macarena Quiroz Arrollo
Ciudad de México /

A un poco más de un año de la crisis sanitaria generada por el coronavirus, los hospitales del país, sobre todo los del sector privado, han reanudado sus actividades para atender a los pacientes que se vieron obligados a interrumpir sus tratamientos y operaciones, en especial en casos de enfermedades crónico-degenerativas.

 “Los pacientes que viven con diabetes tipo 2 o alguna enfermedad cardiovascular abandonaron su seguimiento debido a que las consultas externas fueron suspendidas, o bien porque no querían ir a un hospital por miedo al contagio”, señala el economista y consejero de la Fundación Mexicana para la Salud (FunSalud), Eduardo González Pier.

 Las consecuencias por la falta de atención médica se verán reflejadas en unas semanas más, cuando la Secretaría de Salud y el Inegi den a conocer las cifras de mortalidad 2020 en sus diferentes rubros, entre los que figuran los decesos por enfermedades crónicas y cáncer. 

Además de los estragos a la salud, el bolsillo también sufrirá. De acuerdo con la aseguradora Axa, la inflación médica podría llegar a 16% este año, lo que encarecería las primas de seguros. 

Según datos de la Secretaría de Salud, México ocupa el primer lugar de los países de la OCDE con mayor mortalidad por enfermedades cardiovasculares, es decir, 400,000 muertes anuales de enfermedades relacionadas con el corazón; además de ser el primer lugar de personas que viven con diabetes tipo 2. 

González Pier, dice que lo que sucede actualmente “se vió tempranamente en 2020, cuando los hospitales empezaron a vaciarse y a disminuir la atención de pacientes que podían posponer tratamientos y cirugías”. 

Las intervenciones por enfermedades agudas se siguieron atendiendo en hospitales públicos y pri- vados, señala el especialista, pero los pacientes que requerían tratamientos considerados necesarios, no urgentes, se alejaron de los hospitales.

 En su opinión, los pacientes con tratamientos programados —como la diabetes y la hipertensión— no los llevaron a cabo, básicamente por dos razones: “por miedo a los contagios y por falta de dinero”.

 Hospitales libres de contagio

 Humberto Javier Potes González, di- rector general del Consorcio Mexicano de Hospitales (CMH) y miembro del Patronato del Hospital Dr. Manuel Gea González, coincide con González Pier.

 Desde su punto de vista, los pacientes sacrificaron la atención de enfermedades crónicas, por mantenerse sanos y no contagiarse de covid, por lo que en breve se verán los efectos y el aumento de personas con crisis diabéticas o de hipertensión. 

Para él, es necesario que esos pacientes regresen a los centros de salud, desde luego con las medidas de seguridad para evitar contagios e infecciones. Por ello, están trabajando en todos los hospitales que pertenecen al CMH para que los pacientes tengan una garantía muy alta de que no se van a enfermar, y que recuerden que con su padecimiento crónico es importantísimo el cuidado y la atención continua. 

Además, refiere que la falta de atención a las enfermedades crónicas podría generar un mayor número de muertes. “Además de afectar su calidad de vida, son personas que se van a deteriorar cada vez más y a mediano plazo pueden fallecer”.

En cuanto a las acciones para revertir el rezago en la atención, el también miembro de la Comisión de Salud del CCE enumera dos líneas de acción: “Primero, elevar la confianza entre la población para que regrese a la atención médica hospitalaria, con la seguridad de que contamos con todas las medidas de sanitarias en nuestras instalaciones para recibirlos. 

Segundo, la colaboración público-privada porque el sistema público de salud ya tenía un problema de rezago y se ha incrementado con la pandemia. Tenemos un problema de cirugías selectivas y enfermedades crónicas, entonces creo que la colaboración público-privada será fundamental”. 

Potes González señala que México cuenta con cerca de 3,500 hospitales pri- vados con capacidad de ocupación para atender enfermedades crónico-degenerativas, y con base en los esquemas de apoyo y colaboración probados durante la pandemia, al atender a 26,000 personas con emergencias no covid, pudieran nuevamente facilitar el acceso para ayudar a esta población. Respecto a la seguridad en los hospitales, Potes González afirma que están aplicando todas las medidas de sanidad y protocolos de Hospital Seguro para que los pacientes regresen con toda la confianza a sus instalaciones.

 “El paciente que acude a nuestros hospitales debe sentirse protegido y seguro. Debe saber que está más expuestos a contagiarse en una reunión familiar o saliendo de vacaciones, que en el hospital”, dice. Para esto han implementado procesos de sanitización que incluyen nuevos productos de protección que garantizan el nivel mínimo de contagio que puede existir en un hospital. 

“Por qué digo mínimo y no nulo, porque es muy difícil en el tema de virus hablar de 100% de seguridad, pero lo que sí podemos hacer es ofrecer la máxima seguridad posible dentro de los conocimientos que tenemos”, dice. 

Esto ha generado un incremento de entre 8 y 12% en sus gastos de operación, porque también incluye la protección al personal que trabaja las 24 horas, los siete días de la semana en el hospital, además de los médicos.

¿Presupuesto suficiente? 

El presupuesto para el sector salud fue de 680,000 millones de pesos (mdp) en denomina gasto de bolsillo en los pacientes con alguno de estos padecimientos.

Según las cifras del Instituto Nacional de Salud Pública, de cada 100 pesos gastados en las dos enfermedades, 52 se gastan por parte de los pacientes y sus familiares; 30 pesos por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); 11 pesos por la Secretaría de Salud federal (SSa), y 7 más por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

En opinión de Potes González este costo podría aumentar en 2021 y 2022, debido a que muchos de los pacientes abandonaron sus tratamientos y apenas lo están retomando este año.

Por el acceso a la salud

 El financiamiento a la salud es otro aspecto importante sobre todo por la situación generada por el covid. Para Javier Potes hacer que la gente tenga acceso económicamente a la salud es fundamental. 

“No es simplemente que estén las camas, sino cómo apoyar a la gente para que pueda pagar por el servicio”. Por ellos es importante ver el tema del financiamiento con un enfoque más social, que garantice no solo la accesibilidad médica sino también la financiera.

Con 50 hospitales en el país, en 47 ciudades, el grupo que dirige Javier Potes trabaja con aseguradoras para garantizar a los pacientes la atención médica sin poner en riesgo su patrimonio, como ha ocurrido en esta pandemia. “Trabajamos con Sura en productos de gastos médicos hospitalarios, cuya prima anual tiene un costo de 10,000 pesos y cubre hasta 1 millón de pesos”. 

Añade que las cuentas promedio de atención por covid-19 son de 400,000 a 1 millón de pesos, en casos de pacientes en cuidados intensivos, “si tú hubieras comprado una póliza de 10,000 pesos, tendrías la cobertura para covid. Nos preocupamos por poner dinero en el bolsillo del paciente para que se atienda”. 

En el mismo sentido, añade que la tendencia de los hospitales privados y del sector salud, debería ser en convertirse en promotores de la salud, como ocurre en algunos países de Europa como Francia, para cobrar por mantener a los pacientes sanos “eso sería lo ideal, entonces nosotros tendríamos que cuidar mejor nuestros costos, pero no solo eso, tenemos que empezar a cargar más las acciones hacia la prevención y no hacia la corrección”, concluye Potes.


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