“¿Tú ya sabes quién es la que más le mete?” Su nombre es Charly Gynn, una joven originaria de la Ciudad de México cuyo éxito comienza a conquistar espacios en algunos de los festivales y eventos de reggaetón más importantes del país.
Al igual que exponentes como El Bogueto, El Malilla, Bellakath o Uzielito Mix, la también llamada “Matatana” forma parte del auge que el reggaetón mexicano ha tenido en los últimos años y que cobra cada vez más relevancia para la industria musical y del entretenimiento en México.
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Con más de 171 mil oyentes en Spotify y el lanzamiento de su primer álbum de estudio, Charly Gynn se perfila como una de las pocas mujeres que ha logrado consolidar su trayectoria musical como cantante de reggaetón mexicano. No obstante, detrás de dicho logro se encuentra un arduo proceso que se vincula no sólo con el hecho de elegir el arte como estilo de vida sino también con el reto que conlleva ser mujer.
"Vaya, Vaya, Tacubaya. Si no conoce, mejor ni vaya"
Ubicado al poniente de la capital mexicana, el barrio de Tacubaya se distingue por el folclore de sus calles. Transitar por la zona es adentrarse en un espacio donde los colores de las casas se combinan con el olor de puestos de comida callejeros o con las lonas y tubos de puestos ambulantes.
De música de fondo se escuchan cumbias, salsas, las campanas del camión de la basura o el grito del gasero que anuncia su llegada a la colonia. Aunque entonces no lo sabía, esa misma cotidianidad del barrio se convirtió en la génesis del proyecto musical que años más tarde la adolescente Karla García desarrollaría.
Hija de un matrimonio de comerciantes, la vida de Charlie -como la llamaban sus amigos en la secundaria- era tan común como la de cualquier otra adolescente en México. Asistía a la escuela, ayudaba a sus padres y se perfilaba para convertirse en una profesionista, el único problema, asegura, es que esa rutina no la hacía feliz.
"Estaba haciendo lo que se suponía que yo tenía que hacer. Lo que decían en mi casa que tenía que hacer para ser feliz: estudias la universidad, trabajas, te compras tu carro, tu casa, te casas, tienes hijos y vas a ser feliz. Ese chip yo lo traía pero me la estaba pasando muy mal. No estaba siendo feliz, estaba nomás cumpliendo con el estándar de lo que se supone debe hacer una mujer, una morra de casa.", comparte Charly Gynn en entrevista con MILENIO.
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El tradicionalismo de su familia resaltaba también su intención de proteger a Karla García de situaciones adversas que se viven en el barrio pues, aunque reconoce que Tacubaya es un lugar que habita mucha gente cálida y trabajadora, la violencia, la inseguridad y los vicios también atrapan infancias y adolescencias.
Pese a lo duro de dicha realidad, la joven comenzó a construir a Charly Gynn con algunos de los valores que el barrio le enseñó y que, eventualmente, terminaron por forjar su carácter y criterio.
"Aprendí a ser honesta, a tener códigos, a respaldar cuando alguien me necesita. Hay cosas del barrio que yo aprendí que no aprendes en cualquier otro lado. A ganarse el respeto de la gente que está ahí actuando legal, por la derecha", reflexiona la joven cantante.
Letras para liberarse
El escape de la vida a la que estaba predestinada Charly Gynn lo encontró en las letras. Tal y como cuenta a MILENIO, desde niña escribir cuentos, poemas o historias se convirtió en uno de sus pasatiempos favoritos.
Aquella puertita le permitía asomarse a una realidad distinta, donde ser mujer se resignificaba a algo totalmente diferente a lo que su familia y la misma sociedad le decía que tenía que ser.
Al tiempo que llenaba libretas con historias, Karla descubrió otra de sus pasiones: el Hip Hop. Inspirada en mujeres que comenzaban a trazar el camino en la industria y en el género como las raperas Ariana Puello o Mala Rodríguez e, incluso otras que se convirtieron en grandes íconos como Chavela Vargas, el estilo de Charly Gynn comenzaba a tomar forma… lo único que le faltaba era liberarse.
"Fue muy fácil verme al espejo un día y decir, wey, me la estoy pasando muy mal. Siento que puedo estar haciendo otras cosas, mi mente todo el tiempo quería que llegara el fin de semana para poder ir a organizar una fiesta o ir a un concierto o ir a grabar al estudio con mis compas, ponerme a escribir o hacer una sesión de fotos. Mi mente todo el tiempo estaba en otro lugar y fue ahí donde dije 'creo que tengo que darle la oportunidad a esta otra cosa que me está llamando que es la música. Escuché a mi corazón y renuncié a absolutamente todo", recordó la intérprete de Betty Puu.
La decisión de su hija desconcertó tanto a los padres de la joven que, a modo de escarmiento, la corrieron de su casa. La joven Karla García, entonces, se aferró a lo único que le quedaba: el sueño de triunfar en la música.
El surgimiento de ‘La Matatana’
En el reggaetón boricua o en el panameño, saber rapear es casi una cualidad intrínseca de sus exponentes. Para Charly Gynn, su amor por el Hip Hop y su habilidad para componer la condujeron a un destino similar que años más tarde fue nombrado como reggaetón mexa.
Poco a poco, la joven consolidaba su estilo y comenzaba a producir sus primeros sencillos que resonaban en fiestas underground o que se compartían en redes sociales. A dicho reconocimiento le siguieron sus primeras presentaciones en antros, pero no todo fue miel sobre hojuelas.
Abrirse camino en una industria que durante mucho tiempo fue dominada únicamente por hombres representó un reto para Karla, quien hasta la fecha defiende que ser mujer y cantar reggaetón es, por naturaleza, una disidencia.
"Es como ir contra corriente en una sociedad machista, tradicional, católica [...] en una sociedad donde las mujeres están tan adentro de un cajón con llave, salirte de esa norma completamente es una puta lucha diaria, es como ir nadando para el otro lado todos los días, todo el tiempo", reflexiona la reggaetonera mexicana.
De pronto, el proyecto de Charly Gynn dejó de tratarse únicamente de compartir su música y de conectar con la gente, sino que también se convirtió en objetivo de críticas y señalamientos que no solamente iban hacia su trabajo sino que abarcaban aspectos como su forma su vestir o de expresarse. Ante la rudeza de las críticas, el empoderamiento fue el remedio que Karla adoptó para anteponerse y continuar caminando hacia su meta.
"Me ha tocado defender lo mío, mi visión, el cómo yo quiero vivir mi vida. Lo que quiero decir en mis letras, y pues defenderlo con orgullo. Me siento muy orgullosa de hacer lo que hago y siempre trato de dar lo mejor de mí en cada rola, cada vez que me trepo a la tarima también lo hago de la mejor manera. Me siento orgullosa de aventarme esa batalla", destacó la joven reggaetonera en entrevista con MILENIO.
Desafiar la norma y a sí misma se convirtió en el sello personal de Charly Gynn y para materializarlo recurrió al concepto de "La Matatana". Su primer acercamiento con el término, recuerda, fue a través de las canciones de Wisin, el icónico reggaetonero puertorriqueño que solía utilizar "El Matatán" o "Los Matatanes" como pautas en sus canciones.
Tras investigar un poco sobre el significado de dicho argot, la joven exponente descubrió que hace alusión a una persona con cualidades superiores, cuya posición jerárquica está por encima de los demás.
"Supe que 'matatán' significa eso, como capo, líder, alguien que está por encima, que tiene un poder, un peso. Eso me latió mucho y sentí que resonaba mucho con mi proyecto, con mi personalidad y por eso empecé taggeando en mis canciones 'La Matatana' hasta que la gente me empezó a identificar. Así decidí que mi primer álbum se llamara 'La Matatana'", compartió Charly Gynn.
Chanteo premium para todos
La autenticidad que Charly Gynn mantiene consigo misma ha hecho que su proyecto se distinga de cualquier otro que se mantiene en la escena. Musicalmente, su reggaetón suele combinarse con otros subgéneros urbanos como el cumbiatón, mientras que su habilidad para utilizar jergas en sus composiciones garantiza la conexión con su público.
Palabras como “chanteo”, “maleanteo” o “caldosos” son coreados en presentaciones memorables que la reggaetonera mexicana ha tenido en escenarios del tamaño del Coca-Cola Flow Fest o en Bahidorá pero también en otras locales como su reciente show en Playa del Carmen.
En el futuro de Charly Gynn la prioridad es seguir haciendo música. Colaboraciones con artistas como Ñengo Flow, Ivy Queen, Tokischa, Rihanna o Cardi B se guardan en su cajón de los sueños -o de las manifestaciones-. En tanto, la reggaetonera continúa desafiándose, auto superándose, pero también inspirando a muchas otras mujeres que, como ella, también sueñan desde el tradicionalismo de sus hogares con hacer lo que realmente las haga felices.
"Poder vivir una vida con libertad, bajo tus propios parámetros, bajo tu propia visión es mágico [...] Sálganse del cajón, desafíen las normas, no tengan miedo y sobre todo chambéenle bien cabrón porque es la única forma que tenemos los que venimos de abajo, los que no tenemos contactos, varo o un hada madrina para que nos cumpla el sueño. Nomás tenemos nuestras manos, nuestra mente y nuestro corazón", razonó la joven reggaetonera.
ATJ