Pactum grabó “Ficción, lujuria y blasfemia” en 1992 y “F.A.L.” en 1994. Dos de los discos en que se sustenta gran parte de la contribución de esta banda de la CdMx al metal extremo nacional y que en un esfuerzo conjunto de los sellos independientes American Line Prods, Maykos Records, Horta Funebra Records, Morbid Kult Recs y Borracho Kommando Recs ahora salen en edición de box set.
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Luis Castillo (voz), Antonio Porcayo (guitarra), Alejandro Ortiz (bajo) y Woltan Campos (batería) irrumpieron con toda la intención de mostrar su mensaje explícito en “Ficción, lujuria y blasfemia”, que se apegaba muy bien a ese concepto desde el inicio con un voz gutural y rasposa, medida y acentuada de acuerdo a las temáticas, a las que ante todo querían darle drama y frenesí, porque se trataba de contar historias tenebrosas en las canciones, así se escuchan “Yo soy dios”, “Parricidio”, “El búnker”.
Si bien no se abandona el tono de lujuria, éste se acentúa en “Sadolesbianismo” o “Alaridos de placer” hasta llegar a la dantesca “Tu infierno es mi paraíso”: “Ven a mi lado/ y degusta los pecados/ que te han hecho temer/ y que deseas conocer”, hasta trazarse en una ruta hacia la esquizofrenia con “La ira de la razón”.
Por supuesto entre otras composiciones viscerales y que llegan a la entraña del pecado. Imágenes de carnalidad se impregnan en el arte del disco, el otro desafío de Pactum para concretar sus declaraciones pecaminosas.
“F.A.L.” confrontaba más la idea del ente social que critica y se apega a su derecho a opinar, ante el desastre que se cierne ante su vista, por lo que no es desfachatado escuchar, aunque breves, algunas filtraciones de hardcore-punk, pero siempre con el thrash metal como el unificador de sus ideas y expresiones.
Ocho canciones en que exaltan su narrativa y postulado de rabia en un mundo a la deriva, con la hipocresía que encrespa en el inicial corte “F.A.L.”, las letanía de un planeta enfermo y sobrepoblado en la metafórica “Veinte millones de gusanos” o la descriptiva y con letra extensa “Sangre en la Tierra”, que hace mención de una encarnizada lucha por la justicia, que no ha dado frutos en muchos años: “¿Dónde quedó esa Revolución?”
Eran mediados de los 90 y ante el fin del milenio se auguraba que no había un plan de conciencia y así Pactum escupía “Mi propia forma de morir” y “Rapiña organizada”, esta última que abre cargada de riffs a medio tiempo, para después acelerarse hasta saciar con trallas el grito de desigualdad, tema que se aborda en la canción.
No es una novedad la presencia del bajo de Alejandro Ortiz durante todo el disco, y que cubre muy bien las partes que le corresponden cuando se trata de darle un protagonismo decente en “Es tiempo” (“es el momento de un cambio/ es tiempo que yo cambie”).
Y una gran selección para ser la penúltima pieza es “Ávidos dioses”, en la que Porcayo en la guitarra, Ortiz en el bajo y Woltan en la batería azotan entre punzantes cambios lo que cada uno posee en su capacidad instrumental, para sostener la furia innata de este disco con un tema de incumbencia general: el futuro.
Porque como buena banda de thrash con intros y también con finales basados solo en la instrumentación así llega “Réquiem por un dios”, la firma final de este disco, el pacto de la banda con la posteridad.
Pactum - “Ficción, lujuria y blasfemia” y “F.A.L.” - American Line Prods-Maykos Records-Horta Funebra Records-Morbid Kult Recs-Borracho Kommando Recs
El disco en:
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