La pobreza urbana es peor que la rural, pues al menos en el campo los campesinos tienen de donde echar mano de algún alimento con lo que ofrece la tierra, pero en las ciudades no, además los bajos salarios son otro obstáculo para la sobrevivencia, consideró Guillermo López, dirigente de la Unión de Ejidos de Nopaltepec, productores de cebada, nopal y tuna en la región, al afirmar que el incremento a los precios de combustibles afectará a todos, pero que a ellos les van a perjudicar más las condiciones climáticas, que son cada vez más cambiantes y severas.
"Durante 2016 tuvimos, por ejemplo, dos cosechas de cebada regulares, con una producción de más de 200 toneladas porque somos minoritarios y solo enfrentamos el hecho de que se retrasó la entrega a las empresas cerveceras a partir de octubre hasta diciembre".
Aseguró que "a los compañeros que se dedican más a la tuna les fue muy mal; el granizo que cayó en la temporada provocó que vendieran la caja de la roja en 33 pesos, es decir, no tuvieron ni tres pesos de ganancia".
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En 2016 resultó casi igual que 2015, cuando unos 600 productores resultaron perjudicados con las granizadas y lluvias torrenciales, que generaron problemas en unas 500 hectáreas.
"Batallaron mucho por los gastos de los cortadores, el flete, etc; la verdad es que a los teneros les fue muy mal, y así fue en casi toda la zona del Valle de Teotihuacán, pero a diferencia de las zonas urbanas, en el campo la gente aguanta y dispone de otras cosas para comer; de algún modo sabe aprovechar lo que le da la tierra", expuso López Bazán.
Cabe mencionar que del total de hectáreas de cebada en la entidad, que ronda las 18 mil, Nopaltepec aporta 2 mil para la fabricación, y en esa región son cuatro comunidades que tienen la mayor producción de nopal y tuna.
MCLV