En la Sierra Nororiental de Puebla, en el municipio de Cuetzalan del Progreso, opera la Sociedad Cooperativa Agropecuaria Regional Tosepan Titataniske, que en lengua náhuatl quiere decir “Unidos Venceremos”.
Esta organización, que actualmente aglutina a 48 mil familias de 32 municipios de esa zona poblana, que ha sido reconocida con varios premios y está considerada como un modelo a replicar en Latinoamérica, cumplirá 46 años de operación el próximo 20 de febrero.
Sus áreas de trabajo son diversas, desde la producción agrícola, hasta proyectos económicos y comunitarios, como la Caja de Ahorros Tosepantomin, de la salud con Tosepan Pajti, o la Tosepan Kali, que trabaja el ámbito turístico y hospedaje.
Otras funciones que cumple es brindar a sus socios asistencia técnica y capacitación para así estar en mejores condiciones para avanzar en la diversificación de los cultivos y aumentar la productividad. Asimismo, se dedica a la venta de café orgánico, pimienta gorda y en polvo, miel melipona y sus derivados, productos cosméticos, vinos y mermeladas regionales, así como productos herbolarios a partir del conocimiento de la medicina tradicional.
En la búsqueda del desarrollo integral de las comunidades indígenas, el proyecto cuenta con un fuerte compromiso en ejes ambientales, de equidad de género, educación y formación cooperativa.
También fomentan el empoderamiento de la mujer, a quienes instan a organizarse en grupos para emprender sus propios proyectos productivos. De esta manera, las mujeres, a través de la cooperativa Tosepan Siuamej (Mujeres Unidas, en náhuatl), operan y administran sus propios negocios o participan en un taller para agregarle valor a los productos del campo con la elaboración de cajetas, mermeladas y licores.
Parte de la visión al futuro de la Tosepan Titataniske se ve reflejada en la escuela que operan, donde además de formar académicamente a sus niños trabaja sobre valores comunitarios como la preservación de sus lenguas originarias, el conocimiento agropecuario y la solidaridad humana.
Paulina Garrido Bonilla, originaria de la comunidad de San Miguel Tinacapan y quien preside a la “Tosepan Titataniske”, narró que antes de 1977 la Sierra Nororiental de Puebla se caracterizaba por mantenerse en un abandono total de las políticas gubernamentales y, por lo mismo, padecía altos niveles de marginación y fuertes cacicazgos.
Esto aunado a la carestía de los alimentos básicos, el intermediarismo de las cosechas y la usura, que provocaban que la riqueza se acumulara en unas cuantas familias de comerciantes, intermediarios de cosechas y agiotistas, quienes además utilizaban el aguardiente como un arma de control y dominación.
“Además de que el ajuste de la canasta básica, específicamente hablamos del azúcar. En un inicio fueron cinco comunidades pertenecientes al municipio de Cuetzalan. Hablábamos de alrededor de 48 líderes comunitarios, abuelos que fueron los que creyeron en este proyecto”, explicó.
Resaltó que ellos lograron ajustar los precios y mejores condiciones de vida: “En esa época el azúcar incrementó a 12 pesos con 50 centavos cuando su precio comercial rondaba en los 2 pesos con 50 centavos. Esa fue una de las problemáticas más sentidas dado que el azúcar ha sido uno de los productos de los que se dependía y ha dependido de afuera (…) en las familias el café de olla es lo que siempre se ha tomado como agua de tiempo”.
Añadió que a la par se aprovechó la llegada de un grupo de ingenieros agrónomos quienes formaban parte del programa “Plan Zacapoaxtla”, el cual fue supervisado por el Inmecafé con la finalidad de eficientar y promover la productividad del café.
A través de los años, esto se ha logrado consolidar: “A partir del 2008 estamos conformando una unión de cooperativas, donde ya todos los programas que maneja el movimiento también vienen impulsados desde las diferentes cooperativas que conforman la unión”.
Comunidades, la base de la cooperativa
Explicó que la sociedad opera “de la base social, que son las comunidades, a las que llamamos cooperativas locales, que son con quienes nos reunimos mes con mes para tener asambleas comunitarias y luego realizamos asambleas regionales”.
Además, precisó que se tienen nueve cooperativas regionales, “que son las que tienen diferentes actividades económicas, son cadenas productivas que se encargan de ir trabajando, sobre todo para que respondan a los objetivos que tiene el movimiento”.
Garrido Bonilla informó que la misión es mejorar la calidad de vida de las familias de sus socios a través del trabajo organizado “para lograr una vida buena (....) dentro de los objetivos está cómo diversificar los ingresos de los cooperativistas a través de los programas”.
Destacó que la cooperativa de ahorro y crédito “Tosepantomin”, que significa “Dinero de Todos”, en náhuatl, ha sobresalido del resto pues está presente en los 32 municipios y 495 comunidades.
“Se manejan mejores tasas de interés para que el beneficio sea para los productores y socios, sobre todo, con productos financieros diseñados y adaptados a las necesidades de nuestra gente de la región. Por ejemplo, tenemos créditos diseñados especialmente para la mujer”. Asimismo, destacó el programa de ahorro infantil, el cual busca fomentar esta práctica entre niños, adolescentes y jóvenes.
Otros de los programas es la distribución de materiales de la región y la MaseualXicaualis, que se encarga del acopio, transformación y distribución de los productos agrícolas, entre ellos, café, pimienta, canela y miel.
“La pimienta ya se está vendiendo en polvo y de la miel ya se integró una línea de cosméticos que se está vendiendo a nivel nacional. Algunos de estos productos ya se exportan (…) nosotros estamos distribuyendo el café y la pimienta en Estados Unidos. El café a Japón y Alemania, y estamos en tratos con la República Checa”.
Igualmente, apuntó la producción y transformación del bambú o tarro, como se le conoce en la región, para la construcción de casas: “Estamos innovando ahora con la viga y tabla de bambú”.
Dijo que una parte esencial del proyecto es el centro de formación Tosepan Kalnemachtiloyan (Escuela de Todos, en náhuatl), que opera desde 2006. Un modelo alternativo de formación, donde se revalora, “y se sigue fortaleciendo nuestra cultura, que tiene que ver con nuestra lengua, la vestimenta”.
Paulina Garrido dio a conocer que desde hace varios años se fomenta la apicultura Pisilnekmej de abeja melipona Scaptotrigona mexicana y su notable crecimiento en los últimos años ha logrado impactar de manera favorable en la economía de las familias productoras.
Agregó que en Cuetzalan, poco más de 80 por ciento de los meliponicultores son mujeres y es el único lugar a nivel mundial donde “la avispita chiquita sin aguijón” es cultivada en ollas de barro.
Cabe resaltar que la cosecha se hace a partir de rituales de agradecimiento a la vida, a las abejas por el alimento, y para protegerlas durante el proceso.
Distinciones gracias a la alianza
La representante de la Sociedad Cooperativa Agropecuaria Regional “TosepanTitataniske” contó que por la labor que se realiza se han recibido algunos reconocimientos, entre ellos el Premio al Mérito Ecológico.
De igual forma, señaló que a través de la red de cooperativas “siempre hemos aprendido y vamos a seguir aprendiendo, y reconociendo sobre todo, que las alianzas son muy importantes, con las instituciones, con las dependencias gubernamentales, en donde también dan realce a este tipo de movimientos que tenemos aquí en la sierra”.
Abundó que hay otras redes de cooperativas, “que existen en el mundo, a nivel nacional y en Latinoamérica, por lo que creo que es muy importante y valioso. Hemos participado en experiencias y foros y en estos cambios de aprendizaje es justamente eso lo que nos ha ayudado muchísimo a visibilizar y fortalecer los conocimientos que tenemos aquí para seguir desarrollando las habilidades de las juventudes”.
Por último, expresó que son la tercera generación “quienes estamos honrando el trabajo de nuestros abuelos y abuelas que lo hicieron posible y creyeron en este proyecto, en este modelo cooperativo desde hace 45 años”.
LG