Cocaleros de la comunidad de Santa Rosa de Lima le regalaron al mandatario bolivariano, Evo Morales, una parcela con plantaciones de hoja de coca en la zona subtropical de los Yungas, lugar donde otro sector productor de esta planta es contrario al gobernante.
Durante la inauguración de una escuela, en el pueblo de Arapata, un representante de la comunidad, Luis Capi, leyó el "acta de transferencia de un terreno agrario con plantación de coca", el cual tiene una extensión de mil 258 metros cuadrados.
"Hemos hecho con ayuda de nuestros ingenieros un plano referencial, también le vamos a entregar a nuestro presidente", agregó el dirigente.
De acuerdo con el representante, la resolución nombra también a Morales como el "afiliado número uno" de la Comunidad de Santa Rosa de Lima.
Por su parte, el gobernante bolivariano, en su discurso, no se refirió al regalo, pero agradeció a los asistentes por acudir al acto.
"La historia de Bolivia, con nuestro proceso de cambio, ya no se escribe sin el movimiento cocalero yungueño o del trópico de Cochabamba", afirmó Morales
El mandatario es el máximo dirigente de los productores de hoja de coca de la zona central del trópico de Cochabamba o Chapare.
La hoja de coca en Bolivia está consagrada en la Constitución de 2009 por sus usos tradicionales, medicinales y culturales, pero una parte de la producción es desviada al narcotráfico para la fabricación de cocaína.
Según un informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Drogra y el Delito (UNODC), los cultivos de esta planta se incrementaron en un 14 por ciento en 2016, hasta situarse en 23 mil 100 hectáreas.
Bolivia cuenta desde marzo de 2017 con una ley que subió la superficie de cultivos legales de la planta de 12 mil a 22 mil hectáreas.
bgpa