Las elecciones presidenciales en Estados Unidos siguen en suspenso. Joe Biden requiere seis votos electorales, los que podría proporcionarle Nevada, para proclamarse próximo inquilino de la Casa Blanca, mientras que Donald Trump requiere 65 votos para mantenerse en el cargo, pero la pregunta presente en la mente, tanto de estadunidenses y ciudadanos de otros países es: ¿Cuándo sabremos quien será el próximo presidente de Estados Unidos?
A diferencia de México, que el Instituto Nacional Electoral (INE) realiza un conteo rápido para estimar quien ganó la presidencia el mismo día de la jornada electoral, en Estados Unidos el sistema funciona diferente, pues a dos días de sus comicios aún no hay claridad de quien será el próximo habitante de la Casa Blanca.
A dos días de la elección en Estados Unidos, el conteo de votos en estados, como Nevada, continúa pues se permite emitir el sufragio a través del correo postal lo que dificulta tener el total de votos el mismo día de la jornada electoral.
Los votos en los recintos electorales se cuentan automáticamente y en la mayoría de los casos los resultados se anuncian horas o minutos después del cierre de las urnas. Pero los votos por correo implican un laborioso proceso en el cual cada estado tiene reglas propias, pues algunos sólo aceptan votos que llegan hasta el día de la elección, mientras que otros siguen contando sufragios hasta diez días después.
Donald Trump acusa fraude electoral y votos de personas muertas
Ante este escenario, Donald Trump acusó fraude electoral y en algunos estados el equipo republicano busca frenar el recuento de votos al argumentar que fueron emitidos fuera de tiempo.
"Todos los estados recientemente reclamados por Biden serán desafiados legalmente por nosotros por fraude electoral y fraude electoral estatal. Muchas pruebas", escribió Trump en Twitter.
En el caso de Nevada, el equipo del republicano incluso acusó la emisión de votos por parte de personas fallecidas.
¿Empate entre Biden y Trump?
Mientras el escrutinio de votos siga, y de manera tan ajustada como hasta ahora, aún cabe la posibilidad de un empate entre Donald Trump y Joe Biden. Es improbable, pero no imposible. En ese caso, la decisión quedaría en manos del Congreso y hay precedentes.
Según la Constitución estadunidense, cada una de las dos asambleas que conforman el Congreso tendrían un papel en el desempate: la Cámara de Representantes elegiría al presidente y el Senado al vicepresidente. El remoto escenario favorece a Trump.
En 1800 ya hubo un empate, aunque algo diferente, cuando Thomas Jefferson recibió el mismo número de votos que Aaron Burr. Después de 36 votaciones, los congresistas eligieron a Jefferson y, de paso, redactaron la 12ª enmienda, que es la norma que se aplicaría ante un empate en 2020.
¿Cómo podrían empatar?
Llegar a un empate no es complicado. Los estadunidenses votan de manera indirecta a su presidente a través de un órgano conocido como Colegio Electoral, compuesto por 538 miembros que representan a los diferentes estados. El candidato que primero sume 270 se lleva la victoria, un número abrumadoramente par.
Para que el Colegio Electoral represente a la población de manera proporcional, cada estado aporta miembros según su población, por eso California elige a 55 y Montana -casi del mismo tamaño- solo a 3.
En la mayoría de territorios quien gana cada estado se lleva todo, no hay proporcionalidad, excepto en Maine y Nebraska, que los reparten por distritos.
Las sumas de 5 estados continúan abiertas y ajustadas, dejando posibilidad a dos escenarios en los que Trump y Biden empatarían.
Por un lado, si Biden arrebata a Trump los estados de Michigan (ya ganado), Wisconsin (ya ganado) y Arizona (va liderando), pero todos los demás reeligen a Trump, ambos candidatos sumarían 269.
Hay un pero: Nebraska reparte sus delegados proporcionalmente y Biden va ganando en un distrito en el que Trump triunfó en 2016, así que un territorio de 600 mil habitantes tendría la última palabra.
En el segundo escenario, Biden solo ganaría Georgia, mientras que Arizona, Carolina del Norte, Nevada y Pensilvania se decantarían por el republicano.
El camino al desempate
Habría dos procedimientos: La Cámara de Representantes elige al presidente. Esta asamblea tiene el fin de representar a toda la población de Estados Unidos de manera proporcional, no por estados, y mantiene una mayoría demócrata que, sin embargo, no podría apoyar a Biden.
La razón es que, según la Constitución, en esta votación especial los representantes se reunirían según su estado de procedencia y votarían en bloque. 50 bloques en total. De esta manera, aunque California aporte más congresistas, su voto contaría lo mismo que el de Montana y las cuentas favorecerían a Trump.
El Senado, por su parte, escogería al vicepresidente. Aquí la mayoría es republicana y, con mucha probabilidad votarían a Mike Pence, el compañero de fórmula de Trump.
Pero incluso esta circunstancia está en duda, porque hay dos senadores republicanos que podrían perder su asiento en favor de los demócratas en Georgia, y eso cambiaría la balanza hacia un empate entre senadores.
Llegaría un ciclo sin fin. Cada estado escoge a dos senadores para un total de 100, sin proporcionalidad. El reglamento dice que en caso de empate a 50-50 el vicepresidente desempata. Pero si no hay vicepresidente porque está empatado y también los senadores lo están... las deliberaciones serían eternas.
Aunque mucho antes de llegar a ese caótico escenario, probablemente la elección estaría envuelta en innumerables batallas judiciales y recuentos de votos.
jlmr