Trinidad Tábora y su hija Maritza emprendieron un largo trayecto desde Honduras hasta la frontera de México con Estados Unidos en busca de asilo político. La violencia y peligro las obligó a buscar un mejor futuro, pero su más grande sueño, no se hizo realidad.
Al llegar a los Estados Unidos, Trinidad y Maritza querían ser vistas por las autoridades migratorias con la esperanza de presentar los documentos necesarios para probar las razones por las cuales huían de su país, pero en lugar de eso, fueron deportadas a Reynosa, México.
Trinidad falleció el pasado miércoles en México aunque la causa de muerte no se ha dado a conocer, las ganas de reencontrarse con su nieta no pudieron trascender.
“yo quiero estar con ella, yo quiero estar con mi muchacha”, dijo Trinidad con lágrimas en sus ojos durante una entrevista para Telemundo.
Trinidad y Maritza, junto a cientos de migrantes, habían sido expulsadas de los Estados Unidos sin una oportunidad de conseguir el asilo político a principios de mayo.
Desde el inicio de la administración del presidente Joe Biden, el flujo de migrantes latinoamericanos ha incrementado de una manera exponencial, incluyendo el índice de niños migrantes que son enviados sin acompañante alguno.
mg