Represalias espejo, armas para responder a Trump

Hay conflictos con EU de los cuales México logró avanzar en un entendimiento; preparan en Washington publicar las tarifas el próximo 6 de marzo.

Estas acciones han sido utilizadas en otras disputas comerciales, como en 2015, cuando México amagó con gravar importaciones estadunidenses. Especial.
Arturo Gómez Salgado
Ciudad de México /

México cuenta con “armas” arancelarias para responder a las medidas proteccionistas que entrarán en vigor este martes en Estados Unidos, por indicación del presidente Donald Trump, como son las represalias “espejo”, algunas de las cuales trajeron buenos resultados.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos oficializará la imposición de tarifas de 25 por ciento a los productos nacionales el 6 de marzo.

Establece que los productos de México sujetos a estos aranceles estarán regulados bajo nuevas disposiciones del Código de Regulaciones Federales. Se especifica que ciertos bienes, como donaciones humanitarias o materiales informativos, quedan exentos de estos aranceles. Además, menciona que el beneficio de la exención “de minimis” (para envíos pequeños sin impuestos) seguirá aplicándose temporalmente, hasta que se implemente un sistema que garantice la recaudación eficiente de estos aranceles.

Ahora está en las manos de México saber cómo defenderse de esta acción.

Un caso sucedió en la administración de Barack Obama, cuando Washington canceló el programa que permitía la circulación de camiones de carga mexicanos a su territorio, lo que afectó el comercio entre ambas naciones. 

La administración del país vecino alegaba preocupaciones de seguridad y cumplimiento de regulaciones. En respuesta, México impuso aranceles de hasta 45 por ciento sobre productos estadunidenses como frutas, carnes y papel, afectando principalmente a industrias de California, Oregón, Washington, Wisconsin, Texas y Iowa.

El conflicto se resolvió en 2011, cuando ambos países acordaron un nuevo programa para permitir el ingreso de camiones mexicanos a Estados Unidos, lo que llevó a la eliminación de los aranceles de represalia por parte de México.

Pero ahí no acabaron las diferencias, pues también durante el mandato del presidente Obama se tuvieron algunas tensiones comerciales respecto al acero pero en general la relación comercial se fincó en el entonces Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, ahora conocido como T-MEC) que significó libre comercio y cero aranceles en la mayoría de los productos. 

Pero Trump retomó el tema en el primer período de su administración en 2018 pero a nivel regional imponiendo 25 por ciento de arancel al acero y 10 por ciento al aluminio de México y Canadá que originó de ambos países una respuesta recíproca.

El gobierno mexicano respondió con aranceles de hasta 25 por ciento sobre productos agrícolas como carne de cerdo, manzanas y papas, además de manufacturas como acero y lácteos, afectando un mercado de aproximadamente 3 mil millones de dólares.

También afectó más a Iowa, Washington, Idaho y Wisconsin, por ser productores agrícolas importantes en estos alimentos.

Estas se suspendieron el 17 de mayo de 2019 al mantener el gobierno mexicano la postura de no aceptar cuotas y que la única opción aceptable era la eliminación de la medida. 


Otros casos

Estas acciones fueron utilizadas en otras disputas comerciales, como en 2015, cuando México amagó con gravar importaciones estadunidenses por 560 millones de dólares tras ganar un caso ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) por etiquetado de carne.

Además de las represalias comerciales, México ha implementado medidas defensivas para evitar prácticas desleales y justificar su posición en las negociaciones, principalmente en el sector acero que es donde se presentan más quejas. 


Riesgos

Según expertos, también aplicar estas medidas pueden perjudicar al país.

“Pero una dinámica de respuesta de aranceles interrumpiría un intercambio comercial entre México y Estados Unidos que vale alrededor de 740 mil millones de dólares”, destacó Moody’s en un reporte por separado sobre los riesgos de esta situación. Esta cifra representa casi la mitad del Producto Interno Bruto de México.
Mientras que el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) considera que esto desataría una guerra comercial que “generará pérdidas para todos los países involucrados y sobre todo para el bloque comercial a nivel internacional”.

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