El ahorro acumulado por la banca en su conjunto, mismo que permanece en máximos históricos, corresponde a motivos precautorios de las familias ante la incertidumbre económica durante el año pasado, al mantener y hacer uso de sus ingresos, lo que provocó un rezago en la adquisición de crédito, que hacía adelante, este indicador comenzará a recuperarse en cuanto las personas agoten sus ahorros y el consumo encuentre dinamismo, previó BBVA México.
“En los hogares en los que sus integrantes conservaron el empleo, se mostró una tendencia en el aumento del ahorro, al haber estado muchos meses con niveles de consumo menores a lo usual, por salir menos y por comprar menos, es por esto que ahora requieren menos financiamiento y hay menor demanda de crédito”, explicó en conferencia Carlos Serrano, economista en jefe para BBVA.
En el crédito de familias, una vez que se vaya consumiendo este ahorro que se acumuló en la crisis, y una vez que se vaya normalizando el consumo, esperamos ver un repunte con lo que respecta al crédito al consumo.
Al presentar el estudio Situación México, Gerónimo Ugarte, economista del banco, indicó que la variación real anual al cierre de marzo para el crédito al consumo fue de una caída de 13.2 por ciento, de esta contracción las tarjetas de crédito contribuyeron con una baja de 6 por ciento, mientras que para los créditos personales la caída fue de 4.4 y del crédito nómina la baja estuvo en 1.7 por ciento.
Las tarjetas de crédito son el esquema más solicitado entre los clientes de la banca, este indicador suma ya 10 meses de caídas, alcanzando su mayor contracción en febrero pasado con una baja de 16.4 por ciento; mientras que los créditos nómina y personales tuvieron su mayor contracción en marzo pasado.
En contraste, dijo, la banca ha mantenido niveles de capital y liquidez sobresaliente que hasta ahora le han permitido afrontar los efectos adversos asociados a la pandemia.
“Conforme vayamos saliendo de la crisis, lo esperable sería ver los índices de capitalización menores, porque hoy son históricamente altos y la posición de liquidez de la banca la vemos muy sólida en los siguientes años”, señaló el economista.
Lo peor no ha pasado
A pesar de que ya se tiene previsto una recuperación para el crédito al consumo, la banca aún debe estar atenta al índice de morosidad que pueda aumentar por aquellos clientes que no puedan cumplir con sus compromisos de pago con las reestructuras que fueron parte de los pagos de los bancos a las familias para hacer frente a la crisis económica, así como un nuevo rebrote que afecte al empleo y al consumo.
“Esperemos que ya este superada la parte más grave de la contingencia, pero no podemos descartar todavía algún rebrote y es posible que la cartera vencida aumente todavía; sin embargo, la banca tiene provisiones más que suficientes para poder hacer frente a un repunte en la morosidad”, dijo Carlos Serrano.
MRA