Para reivindicar el papel de las mujeres en la sociedad mexicana, la economista Leticia Jáuregui, egresada del Instituto Tecnológico Autónomo de México, fundó en 2008 la asociación Crea, donde éstas son capacitadas y asesoradas para emprender negocios y demostrar que pueden superarse a partir de estas oportunidades.
La empresaria fundó también Tishi.mx, sitio diseñado para acercar la tecnología a las personas y mejorar su calidad de vida. Siempre con una gran sonrisa y buena actitud, Jáuregui demuestra que ayudar a otras personas le apasiona, aunque también se toma momentos para ella.
¿Qué falta en México para que se dé la igualdad de género?
Nos falta información y cerrar esa brecha, pero soy optimista. Lo que he tratado de hacer es que cuando alguien busca personal para un puesto laboral yo intento que tenga muchas candidatas.
¿Cómo fue que decidiste apoyar a la mujer mexicana?
La razón por la que decidí trabajar con emprendedoras fue porque aun cuando tenemos los mismos retos, veía barreras hacia el sector, que hacen mucho más difícil emprender algo y agrava la carga de la pobreza en las mujeres, porque son las que sacrifican todo a favor de los demás.
“Además, todos los factores sociales y culturales limitan más su participación, porque no se les percibe como empresarias. A veces les preguntas a las mujeres qué están haciendo y te contestan que son hobbies o que solo lo hacen en su tiempo libre, cuando en realidad pasan más de ocho horas en sus labores”.
Si no hubieras estudiado economía, ¿qué hubieras hecho?
Cuando elegí ir a la universidad pedí economía y odontología. Me veía estudiando economía, aunque no sabía qué haría después, pero ¡aquí está el resultado! Me sigue emocionando encontrar cada día cosas nuevas de lo que hago. Fue el mejor camino para mí, porque ha sido apasionante.
¿Qué haces en tu tiempo libre?
Intento cultivar a mi familia y amistades, pero también me gusta tener tiempo para mí y lo enfoco casi siempre en bordar, tejer y desarrollar habilidades.
“Participo en un grupo de jueves de tragos y tejido en Ciudad de México y entonces ese día decidimos ir a una cantina y apropiarnos de ella, y aunque es muy masculina, nosotros vamos a bordar. Al principio nos veían con cara de ‘¡Qué hacen estas mujeres aquí!, pero los trabajadores y dueños de la cantina son felices, ya nos tienen nuestra mesa especial, pero el resto del entorno sigue poniendo cara de ‘¿y estas locas qué hacen?’”
¿Practicas deportes?
Sí. Hago yoga tres veces a la semana y los otros dos días intento hacer algún otro ejercicio. Me encanta caminar distancias largas, nunca he sido mucho de correr, todos me dicen que corriendo te despejas, pero yo solo puedo pensar en los temas que me preocupan, por lo que no me funciona muy bien. También practico deportes de raqueta e hice ballet toda mi vida, pero fue el yoga lo que me ayudó a ser más disciplinada.
¿Cuál es tu libro favorito?
En novelas me gusta más Snow crash, fue escrita en los 80, pero es la primera vez que yo leo sobre un avatar. Te habla de todo este mundo alterno y virtual, me parece emocionante e increíble, porque para la época en que se escribió contra los temas que platica me parece muy interesante.
“También me gusta mucho The confidence code, de Katty Kay y Claire Shipman, ellas hacen un estudio sobre cómo se construye la confianza de las mujeres. Hacen mucho la comparación de cómo educamos a las mujeres frente los hombres, y esto cómo nos lleva a las desigualdades en temas de género.
¿Qué ves en televisión?
Disfruto mucho en las noches ver una serie o alguna película; veo Game of Thrones, programas de comedia, drama o suspenso. También documentales que te ayudan a ver distintos puntos de vista y con eso hacer una opinión informada. Intento mezclar.
¿Qué tipo de música te gusta escuchar?
Tengo Spotify y llevo dos años seguidos de oír mucho la música de enfoque, soy de las pocas personas que escucha canciones para concentrarse.
¿Qué recuerdas del ITAM?
Recuerdo unos años de muchísimo trabajo, muy felices porque encontré una comunidad de gente que, como yo, se interesaba en los negocios, pero que también quería ver el impacto social.
¿Qué aconsejas a las mujeres que empiezan un negocio?
Que no nos pongamos nosotras mismas limitaciones, que empujemos las barreras y salgamos de nuestra zona de confort. Que cada vez que nos digan que no podemos hacer algo, ¡lo hagamos!, porque muchas veces nos desaniman al decir que no somos muy numéricas o que no tenemos la capacidad de ser ingenieras o estudiar robótica. Pero hoy vemos que todos, hombres y mujeres, tenemos la misma capacidad y por suerte hay más acceso.
¿Cómo te describirías?
Como una optimista inconforme; trato de pensar en todas las cosas que sí se pueden hacer y cómo podemos transformar nuestra comunidad o país, y no me conformo en cómo están las cosas.