El BCE mantiene la tasa de interés en 3.75%; recorte en septiembre, posible

“Vamos a seguir en territorio restrictivo hasta alcanzar la meta”, indica Lagarde; se necesitan más pruebas, no solo que la inflación vaya al objetivo

La presidenta del banco central restó importancia a la presión sobre los precios. KIRILL KUDRYAVTSEV/AFP
Martin Arnold
Fráncfort /

El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo su tasa de interés principal en 3.75 por ciento, mientras su jefa, Christine Lagarde, dijo que la decisión sobre un posible recorte en septiembre está “completamente abierta”, pero restó importancia a los temores de una presión persistente sobre los precios.

La decisión del consejo de gobierno del BCE de mantener sin cambios su tasa de depósito de referencia estuvo en línea con las expectativas del mercado, en medio de preocupaciones de que la incertidumbre geopolítica y los rápidos aumentos salariales sigan haciendo subir los precios.

“Lo que hagamos en septiembre está completamente abierto y se va a determinar en función de todos los datos que recibamos”, dijo Lagarde en conferencia de prensa tras la decisión.

Añadió que el consejo de gobierno, que recortó las tasas en junio desde un nivel récord de 4 por ciento, acordó no dar orientaciones sobre futuras decisiones en materia de tasas.

El BCE quiere más pruebas de que la inflación, que se desaceleró a 2.5 por ciento en junio después de alcanzar un máximo de 10.6 por ciento en 2022, todavía está en camino de caer a su objetivo de 2 por ciento para finales del próximo año e indicó que los datos recientes “respaldan ampliamente” este escenario, restando importancia a las señales de que la inflación de los servicios puede seguir alta.

“Si bien algunos indicadores de la inflación subyacente aumentaron en mayo debido a factores excepcionales, la mayoría de los indicadores se mantuvieron estables o disminuyeron en junio”, señaló el consejo de gobierno.

La eurozona se enfrenta a un crecimiento salarial de 5 por ciento, mientras los trabajadores exigen ser compensados por el peor episodio de inflación en una generación.

Pero Lagarde dijo que los recientes aumentos salariales “no fueron una sorpresa” y que todavía se espera que el aumento de los salarios sea con menos rapidez en el transcurso de 2025 y 2026. “Esa es la dirección que estamos tomando”, afirmó.

Si bien la inflación de la eurozona estaba en una “trayectoria desinflacionaria”, el BCE aún necesita mantener las tasas altas. “Vamos a permanecer en territorio restrictivo el tiempo que sea necesario para alcanzar el objetivo”, dijo Lagarde.

Añadió que se espera que la economía de la eurozona crezca “a un ritmo más lento” en el segundo trimestre que la expansión de 0.3 por ciento en los primeros tres meses de este año. Los riesgos para el crecimiento “se inclinaban a la baja”.

Los operadores en los mercados de swaps estiman que las posibilidades de un recorte de tasas en septiembre son de 65 por ciento, frente al 73 por ciento después anterior a la decisión.

Dirk Schumacher, ex economista del BCE que ahora trabaja en el banco francés Natixis, dijo que la renuencia de Lagarde a señalar su siguiente paso es “lo más prudente, dada la incertidumbre y el compromiso demasiado prematuro en junio”.

Varios miembros del consejo se habían sentido incómodos por la claridad con la que apuntó al recorte de tasas en junio, dejándoles pocas opciones, más que seguir adelante a pesar de algunas señales no deseadas de los datos económicos.

Los responsables de la fijación de tasas también están preocupados por la agitación política, sobre todo después de que el resultado no concluyente de las elecciones de este mes en Francia generó dudas sobre si un nuevo gobierno con alto gasto en la segunda economía más grande de la región impulsará la inflación.

Lagarde enfatizó que todos los países de la eurozona tendrían que adherirse a las nuevas reglas fiscales de la Unión Europea. Las disposiciones exigen que los países con altos niveles de deuda, como Francia e Italia, los reduzcan al disminuir sus déficits presupuestarios al 3 por ciento con el tiempo.

“Este es el conjunto de reglas que hay que implementar y respetar”, dijo.
Martin Wolburg, economista de Generali Investments de Italia, dijo: “Estamos muy preocupados por el impacto de la política, que podría ser un lastre para la actividad pero también inflacionario”.

La presidenta del BCE dijo que comenzaría“razonablemente pronto” una evaluación de la nueva estrategia que puso en marcha hace tres años y presentaría los resultados el próximo año. Añadió que no consideraría cambios a su objetivo de inflación del 2 por ciento ni la idea de publicar las expectativas de tasas de cada uno de los responsables políticos en un “gráfico de puntos” al estilo de la Reserva Federal de EU.

Con información de: Mary McDougall en Londres

Financial Times Limited. Declaimer 2021

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