China está lista para cualquier “conmoción o choques inesperados” ante la imposición de aranceles más altos por parte de Donald Trump a la segunda economía más grande del mundo.
El primer ministro, Li Qiang, responsable de la economía china bajo el liderazgo de Xi Jinping, declaró a líderes empresariales extranjeros reunidos en Pekín que la incertidumbre y la inestabilidad están aumentando, pero que China va a elegir el “camino correcto” de la globalización y el multilateralismo.
“Estamos preparados para posibles conmociones inesperadas, que, por supuesto, provienen de fuentes externas”, afirmó.
Y en una indirecta sutil contra lo que Pekín considera proteccionismo occidental, Li instó a los asistentes al Foro de Desarrollo de China a ser “firmes defensores” de la globalización y a “resistir el unilateralismo”.
Se espera que EU imponga gravámenes adicionales a las importaciones procedentes de China el 2 de abril, cuando anuncie “aranceles recíprocos” a países de todo el mundo.
Desde que asumió el cargo, Trump ya ha aplicado aranceles de 20 por ciento a los productos procedentes de China, una medida que, según la Casa Blanca, está diseñada para presionar a Pekín para que tome medidas más duras contra las empresas que fabrican los ingredientes del fentanilo, un opioide sintético a que desató una epidemia de consumo de drogas en EU.
El tono cauteloso del primer ministro se produce en un momento en que Pekín intenta mejorar la confianza de los consumidores y de los inversionistas, al tiempo que prepara posibles represalias contra futuros aranceles y sanciones estadunidenses.
Si bien la administración de Xi se vio sorprendida por la victoria electoral de Trump en 2016, China ahora cuenta con un arsenal de posibles medidas defensivas ante la nueva presión de EU. Estas incluyen restringir el acceso estadunidense a las cadenas de suministro de minerales y recursos estratégicos.
En medio de los llamados de los economistas para que Pekín sea más audaz al abordar la desaceleración del crecimiento económico, el gobierno de Xi le da prioridad a una mayor inversión en tecnología y fabricación de vanguardia, en parte para prepararse ante un entorno geopolítico más hostil.
Ha habido muy pocas conversaciones de alto nivel entre EU y China desde que Trump asumió el cargo, con excepción de una llamada telefónica.
La semana pasada, Trump dijo que Xi viajaría a EU “en un futuro no muy lejano”, pero personas familiarizadas con las conversaciones dijeron que no se había hablado de un viaje.
Li también se reunió con Steve Daines, senador republicano de Montana muy cercano a Trump.
Li, rodeado de altos funcionarios, incluido el ministro de Comercio, Wang Wentao, hizo un llamado a mejorar las relaciones entre Washington y Pekín.
“La historia nos dice que China y EU tanto se benefician de la cooperación como que les perjudica la confrontación”, dijo a los empresarios estadunidenses, entre quienes también se encontraban el ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, y el director ejecutivo de Qualcomm, Cristiano Amon.
Según la oficina de Daines, en una reunión que se llevó a cabo el sábado con el viceprimer ministro He Lifeng, el senador reiteró el llamado de Trump a China para que detenga el flujo de sustancias químicas que se utilizan para fabricar fentanilo. Añadió que Daines “expresó su esperanza de que se celebren nuevas conversaciones de alto nivel entre Estados Unidos y China en un futuro próximo”.
A principios de este mes, el Consejo de Estado, el gabinete chino, publicó un nuevo informe oficial en el que se describe el “riguroso control” por parte de Beijing sobre las sustancias relacionadas con el fentanilo y sus precursores químicos. Los medios estatales también contrarrestaron la presión de Washington, al decir que “EU desvió la culpa” de su problema de drogas “en lugar de asumir la responsabilidad”
Con información de: Joe Leahy en Pekín