Como mucha gente, Gary Sharkey ha estado constantemente pendiente de las noticias sobre la invasión rusa a Ucrania. Pero su interés no solo es personal: como director de adquisiciones de Hovis, una de las mayores panaderías de Gran Bretaña, Gary Sharkey es responsable de la compra de los granos para el pan hasta del acero para la maquinaria.
Rusia y Ucrania son dos importantes exportadores de granos, y entre ambos suman casi un tercio del trigo que se comercializa en el mundo. Para Hovis, el incremento de los precios del trigo que provocó la invasión y las posteriores sanciones a Rusia tienen importantes implicaciones en los costos de su negocio.
No solo se trata de granos. Sharkey también señala el aumento del precio del aluminio. El precio de este metal ligero, que se utiliza en todo tipo de productos, está a punto de alcanzar un récord de 3 mil 475 dólares la tonelada, en parte como un reflejo del hecho de que Rusia es el segundo mayor exportador.
El Dato...40 por ciento
De todas las exportaciones de neón, necesario para producir chips, proceden de Rusia y Ucrania
“Todo ha subido. Hay una prima de riesgo político incorporada a muchos de los productos”, afirma el ejecutivo, y señala el incremento de 51 por ciento del trigo y el aumento de casi el 600 por ciento de los precios del gas al mayoreo en Europa en los últimos 12 meses.
El riesgo geopolítico
La invasión de Ucrania oscureció el sector de las materias primas porque también hace imposible ignorar las líneas divisorias geopolíticas que atraviesan muchos de los mercados de materias primas clave.
El propio conflicto y las sanciones a Rusia están provocando una disrupción en varios mercados, especialmente en el del trigo. El aumento del costo de la energía tiene importantes efectos en otros mercados de materias primas, incluido el costo de los fertilizantes que utilizan los agricultores.
Además, los comercializadores de materias primas y los directores de compras están cada vez más preocupados por la forma en que muchas de ellas pueden utilizarse como armas de política exterior, especialmente si se desarrolla una nueva guerra fría que divida a Rusia, y potencialmente a China, de Occidente.
El cambio de mentalidad en el sector de las materias primas se ha ido gestando durante una década. A medida que aumentaban las tensiones entre Estados Unidos (EU) y China, el control de Beijing sobre los suministros de tierras raras —metales que se utilizan en muchos aspectos de la fabricación— planteó la inquietud de que los suministros de materias primas pudieran convertirse en armas políticas.
Pero en los dos últimos años, dos acontecimientos distintos han concentrado aún más la idea. La pandemia puso de manifiesto los peligros de depender de un pequeño grupo de países o empresas, algo que provocó graves disrupciones en la cadena de suministro. Ahora, desde el trigo hasta la energía y los metales, la invasión rusa de Ucrania sirve para recordar cómo algunos países ejercen una influencia considerable sobre el suministro de materias primas gracias a su gran participación de mercado de insumos vitales.
Además de ser el principal proveedor de gas de Europa, Rusia domina los mercados de otras materias primas importantes, como el petróleo, el trigo, el aluminio y el paladio.
“Desde hace mucho tiempo, las materias primas se han convertido en un arma…. siempre es cuestión de en qué momento un Estado aprieta el gatillo”, afirma Frank Fannon, exsecretario de Estado adjunto para recursos energéticos de Estados Unidos.
La respuesta a corto plazo de algunas empresas y gobiernos a la guerra de Ucrania ha sido aumentar los inventarios de importantes materias primas. A largo plazo, está obligando a la industria a considerar cadenas de suministro alternativas que puedan eludir el probable conflicto económico y financiero que se está gestando entre Rusia y Occidente.
“Definitivamente, el mundo está mucho más preocupado por el problema (de la geopolítica) que hace 10-15 años”, afirma Jean-Francois Lambert, consultor del sector de materias primas. “Entonces se trataba de la globalización. Solo se trataba de cadenas de suministro eficientes. Ahora la gente se preocupa, ¿vamos a tener suministro, vamos a tener acceso a las materias primas?”.
Convertir el gas en un arma
La perspectiva de que los recursos naturales se utilicen como arma cobró vida con el uso que hace Rusia de las exportaciones de gas a Europa. Rusia representa cerca de 40 por ciento del consumo de gas de la Unión Europea. Pero, en el cuarto trimestre de 2021, las exportaciones rusas al noroeste de Europa cayeron entre un 20 y 25 por ciento, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), después de que la compañía rusa de gas respaldada por el Estado, Gazprom, adoptó la estrategia de cumplir únicamente los compromisos contractuales a largo plazo y no ofrecer suministros adicionales en el mercado al contado.
Incluso cuando Alemania detuvo el proceso de aprobación del Nord Stream 2, un tuit de Dmitri Medvédev, jefe adjunto del consejo de seguridad de Rusia, fue considerado por algunos como una amenaza velada sobre la dependencia que tiene la región del gas ruso. “¡Bienvenidos al nuevo mundo feliz en el que los europeos pronto pagarán mil euros por mil metros cúbicos de gas!” escribió.
Para los analistas, la imposición de sanciones sin precedentes al banco central de Rusia no hace sino aumentar el riesgo de que el país pueda retener el suministro de ciertas materias primas.
Si eso ocurre, el dominio que tiene Rusia en ciertos metales y gases raros podría tener repercusiones en múltiples cadenas de suministro. Cuando se incluyó a la compañía de aluminio Rusal en la lista negra de las instituciones financieras en 2018 tras las sanciones de EU, los precios se dispararon en un tercio, causando estragos en la industria automotriz.
El Datos...40 por ciento
Del paladio del mundo, imperativo para la electrónica, se produce en Rusia
El país es también un productor clave de paladio, que los fabricantes de autos utilizan para eliminar las emisiones tóxicas de los gases del escape, así como de platino, cobre y níquel, que se utilizan en las baterías que alimentan los vehículos eléctricos. Rusia y Ucrania son también los principales proveedores de neón, un gas inodoro que es un subproducto de la fabricación de acero y es una materia prima fundamental para la fabricación de chips.
Cuando Rusia invadió el este de Ucrania en 2014, el precio del neón se disparó 600 por ciento, causando una enorme disrupción en la industria de los semiconductores. “Rusia tiene un impacto de gran alcance en todos los mercados mundiales de materias primas, y el desarrollo del conflicto tiene vastas implicaciones, entre ellas el aumento de los precios”, dijo Natasha Kaneva, analista de JPMorgan.
Quizás uno de los efectos más preocupantes de la guerra en Ucrania ha sido el impacto en los precios de los granos y los alimentos. El conflicto llega en un momento en el que los precios ya son altos, como consecuencia de las malas cosechas en todo el mundo.
Incluso antes del ataque de Moscú a Ucrania, las crecientes tensiones geopolíticas de Europa se habían filtrado a los mercados mundiales de alimentos. Los precios de los principales fertilizantes se dispararon el año pasado después de que la Unión Europea anunciara sanciones contra Bielorrusia, uno de los principales productores de potasa, por violaciones de los derechos humanos, y de que China y Rusia, también exportadores de fertilizantes, pusieran freno a las exportaciones para salvaguardar el suministro nacional.
Algunos analistas creen que la creciente influencia rusa en los antiguos Estados soviéticos podría llegar a crear una situación en la que Moscú tenga un fuerte dominio en el mercado mundial de granos, especialmente si se llega a imponer en Ucrania. “Observaríamos que los alimentos se convertirían en un arma estratégica”, afirma David Laborde, investigador del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias.
Conscientes de la creciente ansiedad por la concentración de la oferta de materias primas, algunos gobiernos y compañías toman medidas para tratar de mitigar los efectos aumentando los inventarios. “La gente ahora construye más reserva en comparación con hace 10 o 15 años. Ya lo veíamos venir desde el covid. Todo el mundo se está dando cuenta de que las cadenas de suministro eficientes son para cuando el mundo es perfecto, para tiempos de normalidad”, dice Lambert.
Cadenas alternativas
Si la acumulación de inventarios es una reacción a corto plazo a la crisis, la respuesta a largo plazo podría repetir lo que ocurrió en la última década con las tierras raras, los minerales que se utilizan en las turbinas eólicas y los vehículos eléctricos.
China controla cerca de cuatro quintas partes de la producción mundial, y su posición dominante pasó a primer plano en 2010, cuando recortó las exportaciones limitadas, provocando un aumento de los precios.
Para reducir la dependencia que se tiene de China en lo que respecta a las tierras raras, EU, Japón y Australia pasaron la última década planeando formas de desarrollar nuevos suministros. El presidente Joe Biden anunció que el gobierno va a invertir 35 millones de dólares en MP Materials, actualmente la única operación de extracción y procesamiento de tierras raras de EU, en California.
En el Reino Unido, Sharkey, de Hovis, dice que está recurriendo a sus antiguos contactos para garantizar el suministro. “Asegurarse de ser el primero en la lista, ahí es donde salen a relucir las buenas relaciones con los proveedores”.
Las compañías que dependen directamente de Rusia y Ucrania para obtener materias primas deben estar pensando en lo que les espera en los próximos meses, afirma. “La atención ahora gira hacia cómo serán las cosas a largo plazo. Hay mucha incertidumbre para el próximo año y más adelante”, dice Sharkey.
srgs