Nunca pensé en mi vida que en un periodo de 48 horas, pasaría de mil millones de dólares de ingresos, a cero…. y que habría personas diciendo que la deuda era demasiado alta. La realidad es que cuando no tienes ingresos, no importa de qué tamaño es tu deuda: no tienes dinero y punto”.
Daniel Lamarre sabe sobre caminar en la cuerda floja, y no solo metafóricamente. En 20 años como director de operaciones y después director ejecutivo, ayudó a dirigir el Cirque du Soleil a través de cambios de control, crisis financieras, y desastres naturales y comerciales. Siempre se las arregló para mantener el espectáculo del grupo circense en el camino. Hasta marzo de 2020.
Sobre lo que Lamarre ahora llama “Viernes Negro”, el 13 de marzo, 71 actos de Cirque en todo el mundo fueron cancelados cuando los gobiernos trataron de frenar la propagación del coronavirus. “Todos los espectáculos en gira cerraron, pero si Las Vegas sigue abierto, estamos bien”, tranquilizó Lamarre a su esposa. Al día siguiente, Nevada cerró los negocios no esenciales y los casinos de Las Vegas donde Cirque tenía seis espectáculos cerraron por tiempo indefinido. “Regresé a casa y estaba pálido”, dijo Lamarre. “Le dije a mi esposa, ‘se terminó’”.
Lamarre cuenta la historia de la pandemia del Cirque y la suya con la habilidad de un experimentado maestro de ceremonias. Pero ninguna cantidad de su característico optimismo puede ocultar el estrés de los últimos dos años. Lamarre tuvo que repatriar al elenco y al personal de los diversos espectáculos en gira. Menos de una semana después del Viernes Negro, tuvo que despedir a 95 por ciento de la plantilla de Cirque a través de video.
Solicitó la protección de bancarrota para la compañía en junio de 2020, y la manejó con una plantilla mínima. Dos meses más tarde, el director ejecutivo de un antiguo inversionista, el Caisse de Dépôt, et placement du Québec, dijo que Cirque du Soleil había sido uno de los primeros negocios en cerrar y que sería el último en volver a abrir.
Lamarre y su equipo ya frustraron ese pronóstico. Dos espectáculos de Las Vegas, Mystère y O, volvieron a abrir en junio de 2021. Las producciones en gira están resurgiendo. Lamarre dijo: “No tengo que reconstruir el impulso. El impulso está ahí. No solo el impulso del público que compra boletos, sino el impulso de decir que queremos estar asociados al Cirque du Soleil”, dijo.
Él dice...“La realidad es que cuando no tienes ingresos, no importa de qué tamaño es tu deuda: no tienes dinero y punto”
Pero el covid-19 todavía es una amenaza. Lamarre hizo esos comentarios dos días antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) le diera nombre a la variante Ómicron. Lamarre seguía sin saber si se impondrían nuevas medidas a los teatros ingleses, donde están por presentar su obra inspirada en México. “Estamos jugando con un montón de escenarios diferentes: qué pasa si, y si pasa esto, y si pasa lo otro, y así sucesivamente”, dijo el directivo.
Lamarre no será directamente responsable de cómo el Cirque hace malabares con esos “y si”. En diciembre cedió el puesto de director ejecutivo a Stéphane Lefebvre, y asumió un nuevo puesto como vicepresidente ejecutivo. Como director financiero, Lefebvre ayudó a Daniel Lamarre a llegar a un acuerdo con los acreedores en 2020. La reestructuración aportó 375 mdd de nuevo capital y dejó el circo bajo el control de los acreedores encabezados por Catalyst Capital.
Algunos consideran que los cambios son sintomáticos de uno más amplio que comenzó en 2015, cuando otro grupo de adquisición, TPG Capital, tomó el control del Cirque de manos de su impulsor creativo Guy Laliberté. Patrick Leroux, profesor de la Universidad Concordia de Montreal, rinde homenaje a Lamarre, que dirigió esa transición y el crecimiento del Cirque antes de la pandemia con una mezcla de apetito por el riesgo y talento.
El Cirque entró en la crisis de 2020 con una deuda de 900 mdd, herencia de la compra apalancada dirigida por TPG en 2015, basada en una estrategia que pronosticaba unos ingresos continuos de mil mdd anuales y una eventual salida a través de la venta o la OPI. Como señaló Lamarre, no fue la deuda en sí la que cerró el Cirque du Soleil. Pero añadió en noviembre que “mentiría si dijera que no sería más prudente en el futuro, porque obviamente fue muy duro pasar por eso”.
En esos cuantos días de marzo, Lamarre pasó de “probablemente tener el trabajo más emocionante del mundo a una pesadilla”, no solo luchando contra el cataclismo financiero, sino también enfrentándose a las protestas de los trabajadores independientes por el incumplimiento de sus demandas de 1.5 mdd en pagos atrasados.
Leroux afirmó que el mundo del circo “necesita un Cirque du Soleil fuerte, porque es el motor de la industria”. Lamarre dijo en noviembre que espera que el Cirque cambie el “ritmo” de las producciones en gira, para permitir al grupo visitar los mercados “súper” más rentables, como Londres o Los Ángeles, con más frecuencia.
Daniel Lamarre dijo que sobrevivió a los largos meses después de que se apagara el circo visualizándose en la reapertura posterior a los confinamientos. A finales de noviembre, unos mil de los aproximadamente dos mil artistas que el Cirque du Soleil empleaba antes de 2020 ya se habían unido al regreso del Cirque. Lamarre considera que el circo debería estar listo para estrenar nuevos espectáculos en 2023. El tono probable de estas nuevas producciones ya está muy claro: alegría y celebración.
srgs