La extraña muerte del sector corporativo de Reino Unido

Las compañías dejaron las acciones británicas de pensiones y seguros mientras caía su recaudación, lo que redujo su capacidad de invertir y crecer

Vista al atardecer del corazón financiero de Londres. SHUTTERSTOCK
Martin Wolf
Londres /

El sector corporativo británico se está muriendo, pero no es natural. Al obligar a que las promesas de pensiones a largo plazo se vuelvan algo seguro —al menos en teoría— se provocó un enorme daño a los mercados de capitales de Reino Unido. Es muy tarde para deshacer la afectación en las oportunidades perdidas, pero no demasiado para dejar de causar más en el futuro.

Ya escribí varias columnas sobre el tema, la más reciente en junio. Los pensionistas actuales y futuros del sector público y la actual generación del sector privado disfrutan pensiones seguras y vinculadas a los ingresos. Los más jóvenes tendrán que depender de un rendimiento incierto de sus propios ahorros (en su mayoría insuficientes). Se trata de una enorme desigualdad generacional; sin embargo, argumenta Michael Tory, cofundador de la empresa de asesoría Ondra y coautor de un reciente folleto sobre el tema del Tony Blair Institute, el daño a los mercados de capitales y al sector corporativo es un problema grave.

La relación entre precio y ganancias del FTSE 100 se desplomó, pasó de 17 veces en 2006 a 11 veces en la actualidad. Las valoraciones de los inversionistas deben reflejar el valor actual de los flujos de efectivo esperados, los cuales pueden dividirse, sobre una base móvil, en los dividendos y recompras reales que se realizaron, o que se esperan para el periodo de 10 años subsiguiente y los posteriores, o el “valor terminal”.

De acuerdo con Tory, el valor terminal de las empresas se desplomó de 1.6 billones de dólares en 2006 a 0.9 en la actualidad; sin embargo, mientras que el valor terminal se reduce, el de sus equivalentes estadunidenses aumentó más de 300 por ciento e incluso el de las firmas alemanas y francesas creció más de 50 por ciento.

Como dijo Warren Buffett: “A corto plazo, el mercado es una máquina de votar, pero a largo, es una máquina para pesar”. Sopesó como se debe a las empresas británicas y las encontró escuálidas.

¿Por qué ocurrió esto? La respuesta comienza con el abandono de las acciones británicas por parte de las compañías de pensiones y seguros. La proporción de sus carteras invertidas en renta variable se redujo de 50 a 4 por ciento en las últimas tres décadas. Las firmas también se vieron obligadas a realizar aportaciones a las pensiones por valor de 250 mil millones de libras para cubrir déficits ficticios. La caída de mil millones de libras en sus pasivos después del aumento de las tasas de interés demuestra hasta qué punto son ficticios. La contracción de la base de inversionistas redujo la cantidad de capital que pudo recaudar el sector corporativo. Todo esto redujo la capacidad de las empresas para invertir y, por tanto, de crecer.

La consiguiente disminución de las perspectivas de crecimiento de los ingresos y, por tanto, de las ganancias de capital, obligaron a mayores pagos, algo que redujo aún más el efectivo para inversiones. La reducción de la base de inversores de Reino Unido también aumentó las reclamaciones de los inversionistas no británicos. En 2004, 65 por ciento de las distribuciones permanecieron en Reino Unido. En 2022, esto será cerca de 25 por ciento. Por tanto, se trata de un círculo vicioso de autoliquidación empresarial que se refuerza a sí mismo.

Nada de esto importa en la economía financiera de fantasía, en la que las fronteras nacionales son irrelevantes, la inversión puede financiarse desde cualquier parte del mundo y los mercados son racionales y previsores. Pero, en realidad, las empresas de EU se benefician enormemente del acceso preferente a los mercados de capital estadunidenses, del mismo modo que los inversores de EU se benefician de conexiones superiores con las empresas estadunidenses. La ubicación importa. A medida que las empresas británicas pasan a ser cada vez más propiedad de extranjeros, los intereses de Reino Unido pasarán a segundo plano.

Es esencial una reactivación del mercado de capitales. Esto requerirá la recreación de grandes fondos de capital social local, que no deben verse obligados a invertir en Reino Unido, pero deben aprovechar las oportunidades locales mejor que los extranjeros.

Parte de la respuesta es la consolidación de los fondos de beneficios definidos que sobreviven. Ya se estableció y demostró una solución comprobada: el Fondo de Protección de Pensiones. Tiene un exitoso historial de consolidación, con más de mil 100 fondos absorbidos hasta el momento. Puede poner en marcha el proceso. Otra parte de la respuesta es un movimiento hacia fondos colectivos de contribuciones definidas, en lugar de la plétora actual de fondos más pequeños, de los cuales hay más de 3 mil, de acuerdo con Citi. Una vez más, la consolidación es esencial.

El ataque al sector de pensiones y a los mercados de capitales se encuentra entre las mayores injusticias intergeneracionales de todas. Las personas mayores prósperas de la actualidad destruyeron el pacto de pensiones intergeneracional, al imponer el ridículo objetivo de la seguridad absoluta. En el proceso, también mataron de hambre a los mercados de capitales y al sector empresarial, del que dependerán sus hijos y nietos. Esto es una tragedia. También es un llamado para que se lleve a cabo una acción inmediata.

Financial Times Limited. Declaimer 2021


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