Cuando Carlos Rodríguez-Pastor tomó el control de un gran banco peruano en 1995 después de la muerte de su padre, podría haber seguido el camino de un heredero empresarial latinoamericano, disfrutar las utilidades del negocio de la familia con un lujo refinado. Su enfoque fue diferente. “En un país con tanta desigualdad como el nuestro, tienes que hacer más que cuidar a los accionistas y atender a los clientes”, dice Rodríguez-Pastor.
Así que una vez que aseguró el éxito de Intercorp, Rodríguez-Pastor comenzó a examinar áreas desatendidas por los sucesivos gobiernos peruanos. La nación andina de 32 millones de habitantes languidecía cerca del fondo de las calificaciones internacionales PISA de la calidad de educación y vio una oportunidad para ofrecer educación privada de buena calidad a la emergente clase media del país.
Rodríguez-Pastor analizó Singapur, un líder mundial en educación, para aprender lecciones. Con la ayuda de Ideo, una firma de diseño de Silicon Valley, se le ocurrió la idea de academias que presentaban el innovador “aprendizaje combinado”, donde a los niños se les enseña en escuelas diseñadas especialmente para ese propósito utilizando una mezcla de métodos en línea y en el aula.
Diez años más tarde, las escuelas Innova de Rodríguez-Pastor ya ganaron premios, son citadas como caso de estudio en el Harvard Business Review, y se expandieron a México y abrieron en Colombia.
En América Latina era necesaria una nueva forma de pensamiento empresarial. La región más desigual del mundo, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU (Cepal), sus economías han estado dominadas desde la época colonial por empresarios que labraron nichos lucrativos en minería, banca o agricultura y aprovecharon su poder financiero para tener influencia política.
El Dato...80 millones
De personas en América Latina viven en la pobreza extrema, según la CEPAL
Sin embargo, en Latinoamérica hay alrededor de 100 multimillonarios y 14 mil individuos con un patrimonio neto ultra alto, con activos invertibles de al menos 30 mdd. América Latina también tiene más de 80 millones de personas que viven en la pobreza extrema, según la Cepal, luego de un fuerte aumento durante la pandemia.
“El sector privado se enfrenta a la pregunta de por qué no está ayudando a todos a mejorar su nivel en un momento en el que las diferencias entre ricos y pobres han aumentado”, dice Woods Staton, presidente ejecutivo colombiano de Arcos Dorados, franquiciatario de McDonald’s, que opera más de 2 mil 200 restaurantes en América Latina y el Caribe. “A menos que los empresarios hagamos algo al respecto, nos vamos a ver cada vez más como los culpables”.
Un ejemplo del enfoque de Staton: Arcos Dorados no despidió a ninguno de sus más de 100 mil empleados durante la pandemia de covid-19, a pesar de que los restaurantes tuvieron que cerrar en la mayoría de los países y solo se permitía comida para llevar. “Tuvimos algo de ayuda del gobierno, pero todos los ejecutivos y altos mandos recibieron el 50 por ciento de su salario”, dice Staton.
Arcos Dorados también está estudiando cómo mejorar la sustentabilidad de sus productos y promover la inclusión social. “La mayoría de los países de América Latina simplemente aceptaron que había ricos y pobres y que no se podía hacer nada al respecto”, dice Staton. “La gente ahora empieza a darse cuenta de que tenemos un problema real”.
Esa conciencia llegó en un momento crítico. Más allá del costo de vidas humanas, América Latina sufrió mayores daños económicos por el coronavirus que cualquier otra región del mundo, según el Fondo Monetario Internacional.
La pandemia ofrece a la región una opción: podría alentar a los empresarios con conciencia social a unirse a los responsables de la formulación de políticas en la promoción de reformas que deberían haberse hecho desde hace mucho tiempo para mejorar la igualdad y los servicios públicos.
Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, dice que la Responsabilidad Social Empresarial ha sido un tema frecuente en conferencias recientes del sector privado. “Durante la pandemia, la gente vio de manera muy explícita estas desventajas de los pobres, y la desigualdad de una manera tan clara, que creo que hay una creciente conciencia de que se tiene que abordar esto y el sector privado debe desempeñar un papel”, dice el directivo.
La tecnología puede proporcionar una ruta. Las startups en toda América Latina abordan las deficiencias en ámbitos como la banca, la salud y la educación. Mercado Libre, por ejemplo, el rival de Amazon que ahora es la compañía más valiosa de América Latina, tuvo que construir su propia infraestructura a medida que crecía, según el fundador y director ejecutivo Marcos Galperín.
srgs