General Electric (GE) recortó su dividendo por segunda vez en menos de un año y dio a conocer una reestructuración radical de su división de equipos de electricidad, decepcionando a los inversionistas que depositaron sus esperanzas en el nuevo director ejecutivo, Larry Culp.
Las acciones del conglomerado cayeron 9% en las operaciones del martes pasado, después de que el dividendo trimestral se redujo de 12 centavos por acción a solo 1 centavo, lo que le permite a la compañía ahorrar casi 4,000 millones de dólares (mdd) anuales de efectivo en un momento en que sus finanzas están bajo presión.
GE dijo que el Departamento de Justicia de Estados Unidos (EU) inició una investigación sobre la depreciación de 22,000 mdd no monetarios para el crédito mercantil en su división de energía, relacionada, principalmente, con la adquisición de la unidad de energía de Alstom en 2015. La Comisión de Bolsa y Valores de EU, que investiga al grupo por su gestión contable de los contratos a largo plazo y sus provisiones para pasivos de seguros, también amplió su investigación para incluir el cargo.
Los resultados del tercer trimestre son los primeros que se informan bajo la gestión del nuevo director ejecutivo, Larry Culp, quien asumió el mando el mes pasado después de la abrupta salida de John Flannery. La división de la unidad de energía es el primer movimiento estratégico de Culp, quien creará una división que albergue el negocio tradicional de GE de turbinas de gas, y otra con todos los demás activos, entre ellos las turbinas de vapor y equipos de red eléctrica.
Culp también supervisará las estructuras de administración de la división de energía, para que los jefes de las unidades de negocios le reporten directamente a él. La estructura actual, le dijo a Financial Times en una de las primeras entrevistas que realiza desde que asumió el cargo de CEO, “tenía muchas capas entre el negocio y yo”. Eliminar esas capas, agregó, significa que el negocio puede administrarse con más transparencia y rendición de cuentas.
El Dato.4,100 mdp
Periodo GE entre enero y septiembre 2018.
Las ganancias por acción en el tercer trimestre, excluyendo amortizaciones y otras partidas excepcionales, fueron de 14 centavos, muy por debajo del pronóstico promedio de los analistas de 20 centavos. Las ganancias para el periodo se redujeron 33% en comparación con el periodo equivalente de 2017.
Los resultados mostraron las dificultades en la división de equipos eléctricos, que fue golpeada por el aumento en el uso de energía renovable y la desaceleración de la demanda en países desarrollados.
La división sufrió un giro adverso de más de 1,000 mdd, lo que ocasionó una pérdida de 631 mdd en el trimestre, en comparación con las utilidades de 464 mdd durante el periodo equivalente de 2017. Los pedidos cayeron 18% para llegar a 6,600 mdd en el trimestre.
John Inch, analista de Gordon Haskett, dijo que los resultados fueron “decepcionantes” y añadió que el recorte de dividendos sugiere que “GE enfrenta una importante restricción de efectivo, sobre todo, porque la expectativa es que la nueva administración todavía esté en las primeras etapas de una revisión minuciosa de las operaciones”.
El grupo vendió la mayor parte de GE Capital, su división de servicios financieros que generaba alrededor de la mitad de las utilidades antes de la crisis financiera de 2008. Las operaciones restantes obtuvieron una utilidad residual de 59 mdd, pero la empresa matriz ya no recibirá un gran dividendo en efectivo de GE Capital.
Adicional al aumento de los pagos al fondo de pensiones, que fueron de 5,100 mdd en el trimestre, GE pasó de tener una entrada neta de efectivo de 4,100 mdd en los primeros nueve meses de 2017, a una salida neta de efectivo por la misma cantidad durante los primeros tres trimestres de este año.
Las otras divisiones de GE reportaron resultados mixtos, aunque hubo un fuerte desempeño del negocio que fabrica los motores de aviación y otras partes de aviones, donde las utilidades aumentaron 25%, de 1,300 a 1,700 mdd.
Martin Sankey, analista del gestor de activos Neuberger Berman, dijo que la sensación de que GE se sale de control puede obligar a Culp a replantear su estrategia.
Inch expresó su preocupación por el futuro del negocio de componentes de aviación de GE. Dijo que “una pregunta clave es cuánto tiempo puede durar la fortaleza de la aviación, ya que parece estar cerca de un pico del ciclo”.