Atorada en el proceso legislativo, la iniciativa de reforma del Artículo 123° de la Constitución planea la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas, que de aprobarse representaría para sus promotores un avance en materia de derechos de los trabajadores, mientras que para los que se oponen se traduciría en duro golpe para las empresas y en mayor desempleo.
Y conforme pasan los días y sigue sin vislumbrarse la luz al final del túnel respecto al futuro de esta reforma, estas dos visiones, una idealista y la otra apocalíptica, se abren paso en la opinión pública, haciendo de las redes sociales un campo de batalla en el que las pasiones e ideologías se desbordan y unos son señalados de “fifís” y “explotadores” y otros de “comunistas” y hasta de ”faltos de ganas” (por buscar un eufemismo que atenúe lo acalorado del debate).
En una, los trabajadores gozan de semana inglesa y aprovechan los fines de semana para descansar y pasar tiempo de calidad con la familia; en la otra; las empresas, sobre todo las medianas y pequeñas, se ven obligadas a apretar sus finanzas para contratar más personal y pagar horas extras, y a la par son seducidas por la informalidad.
Mientras tanto, el motivo de la discordia, el Artículo 123° constitucional, permanece sin cambios, con todo y su fracción IV que indica que “por cada seis días de trabajo deberá disfrutar el operario de un día de descanso, cuando menos".
Empresarios con “conciencia social”
En octubre de 2022 la diputada Susana Prieto Terrazas del grupo parlamentario de Morena, el partido oficialista, presentó la iniciativa que reforma el Artículo 123° y desde entonces se ha convertido en su principal promotora no solo en la Cámara Baja sino en el concierto de la opinión pública y de las redes sociales.
Prieto Terrazas propone que se reforme la fracción IV del Artículo 123° para que los trabajadores laboren cinco días a la semana y descansen dos, reduciendo en automático la jornada semanal de 48 a 40 horas.
“No tenemos para nada que ser expertos en competitividad y producción, por su puesto que va a ganar la competitividad y la producción. Porque el tiempo que más rinde un trabajador son las primeras horas de su jornada laboral”, dijo en el podcast De Pleno del canal de YouTube Diputadas y Diputados de Morena.
A la par en que se reduce la jornada laboral, la diputada de Morena está convencida de que también se disminuirá la inseguridad, ya que se dijo una “ferviente creyente” de que la mayor causa de este problema es el descuido que los padres hacia sus hijos por la “explotación del capitalismo que los hace laborar jornadas extenuantes”.
Una jornada de 40 horas, apuntó la también abogada, les permitirá a los empleados entrar a sus centros de trabajo a las 6:00 horas y salir a las 14:00 horas, con lo que tendrán tiempo para recoger a sus hijos de las escuelas.
Pero para que esto funcione, en esta visión los empresarios deben tener, agregó la diputada, “conciencia social”; es decir, no pensar solo en las ganancias de su negocio sino también en el bienestar de sus trabajadores.
“Pero si son muy fifis y no pueden renunciar a desayunar, comer y cenar en los mejores restaurantes, ni de vacacionar en Europa cada julio y cada diciembre, pues entonces que le paguen a sus trabajadores ocho horas extras por semana para que sigan laborando las 48 que laboran hasta ahora. Va a bajar un poquito si ganancia, pero ellos van a estar contentos y sus trabajadores también”, sentenció.
‘Gancho al hígado’ para las pymes
Para la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), el sindicato patronal que reúne a empresarios de todos tamaños y sectores, reducir la jornada laboral es inviable económicamente, además de una medida “irresponsable, populista y electorera”, como la calificó Ricardo Barbosa Ascencio, presidente de la Comisión Laboral de la patronal mexicana, en un foro realizado la semana pasada.
En abril de 2023, luego de que esta propuesta fuera aprobada en comisiones de la Cámara de Diputados, la iniciativa privada advirtió la falta de una “reflexión profunda” y la exclusión de “la voz e inquietudes de todos los sectores”, haciendo un llamado a frenarla para evitar “efectos adversos en el mundo del trabajo”.
“Antes de impulsar nuevas enmiendas, es necesario consolidar los cambios ya aprobados en materia de subcontratación, pensiones, salario mínimo, vacaciones dignas y justicia laboral, puesto que todas impactan en la operación de las empresas”, señaló en un comunicado.
Si se aprueba tal y como fue propuesta, el golpe económico de esta reforma laboral puede ser “severo y devastador” para las empresas, que se verían obligadas a destinar más recursos para la contratación de personal y el pago de horas extras, alertó la Coparmex.
“Pone en riesgo a las empresas, especialmente a las micro y pequeñas, que han hecho un gran esfuerzo por impulsar la formalidad y por atender las disposiciones previas que representan un importante aumento en los costos laborales, mismos que han sorteado sin acompañamiento ni incentivos gubernamentales”.
Ante este panorama, las más de 4 millones de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que hay en México, y que aportan más del 50 por ciento del producto interno bruto (PIB) nacional, podrían migrar a la informalidad y la contratación de nuevo personal podría desalentarse, representando menores ingresos en cuotas y recaudación de impuestos para el gobierno.
Aunado a esto, en la práctica la reducción de la jornada laboral no necesariamente podría implicar mayor descanso para los trabajadores, añadió la patronal, además de que impactaría los precios de los bienes y servicios, propiciando, a su vez, una mayor inflación.
“De aprobarse la reducción de la jornada laboral, ésta podría afectar el costo laboral de los 14.3 millones de trabajadores formales asalariados que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi, trabajan más de 40 horas a la semana”.
Este mismo concepto, agregó, aumentará para los 8.5 millones de trabajadores que laboran los sábados, a quienes se les deberá de pagar una prima sabatina, lo que podría ocasionar que este grupo de colaboradores vean reducidos sus ingresos ante la incapacidad de las empresas de emplearlos por el costo que representa.
AMP