Tan pronto como la crisis financiera comenzó a retroceder, Jordi Visser supo que algo tenía que cambiar. Los algoritmos comenzaban a dominar los mercados y los fondos de cobertura, como el que él administraba, se enfrentaban a una era más dura.
Así que Visser, director de inversiones de Weiss Multi-Strategy Advisors, comenzó a replantear cómo el fondo de cobertura de 1,700 millones de dólares (mdd) podría sobrevivir en un entorno menos acogedor. La solución fue evolucionar y fusionar al hombre y la máquina. “Competimos contra las computadoras en estos días, por lo que tuvimos que ser más eficientes”, dice Visser.
Visser y Weiss no son los únicos que realizan algunos ajustes para una nueva era de inversión definida por la automatización, los algoritmos y el big data.
Los analistas denominaron la unión de la inversión cuantitativa y la inversión fundamental como “quantamental”, una frase fea, sin duda, pero que muchos piensan que va a definir el futuro de la industria de la gestión de activos.
Estas iniciativas proliferan en el mundo de las inversiones, desde pequeñas firmas especializadas hasta grandes imperios de gestión de activos. En enero, la división de inversión de JPMorgan estableció un nuevo laboratorio de datos en su división de “soluciones digitales inteligentes”, para tratar de mejorar a sus administradores de cartera, en lugar de reemplazarlos por algoritmos.
“Aumenta la experiencia actual. Nosotros no solo tratamos de sacar estrategias de la nada”, dice Ravit Mandell, jefe científico de datos de JPMorgan Asset Management. Y agrega que “hay cosas que ocurren en el cerebro humano que son muy difíciles de replicar”.
La unidad de datos ya utilizó la Inteligencia Artificial, conocida como una red neuronal, para analizar años de transcripciones de conferencias de los resultados corporativos y así identificar qué palabras son particularmente sensibles para los mercados.
Los científicos de datos de JPMorgan Asset Management crearon un sistema de alerta, que va a tintinear para avisar a los administradores de cartera cuando las transcripciones sean particularmente positivas o negativas, y los análisis de voz pueden detectar señales preocupantes en la entonación de alguien.
Algunos grupos de inversión comienzan a utilizar la tecnología para detectar sesgos de comportamiento muy conocidos. Por ejemplo, Essentia Analytics procesa los datos individuales de operaciones y busca debilidades comunes, como la tendencia de los gestores de fondos a operar en exceso cuando hay una racha de pérdidas, o aferrarse durante demasiado tiempo a inversiones deficientes.
Cuando eso sucede, a los gestores de fondos se les envía un correo electrónico automático, pero personalizado, firmado por “su futuro yo”, para recordarles que deben estar conscientes de estas dificultades. “Una computadora puede recordarte que sigas tu propio proceso”, dice Clare Flynn Levy, fundadora de Essentia.
Charles Crow, jefe científico de datos de Weiss, creó algo similar para el fondo de cobertura: un sistema digital de “tarjeta de beisbol”, que analiza y clasifica a sus administradores de cartera en 17 parámetros, como posiciones vencidas o movimientos en las correlaciones, y los alerta sobre cualquier problema.
De forma paralela, los altos gerentes de Weiss tienen un tablero para asignar dinero a varios equipos, en el que se muestra cuáles son buenos en la sincronización, pero son más débiles en la construcción de la cartera, o son expertos en la selección de valores, pero tienen sesgos sectoriales.
Hay muchos escépticos del “quantamental”. Quienes se inclinan por análisis cuantitativos puros, dudan que los administradores tradicionales de activos puedan dominar cualquier cosa, a excepción de las partes rudimentarias y mercantilizadas de su oficio. Mientras tanto, muchos inversionistas tradicionales argumentan que es una moda exagerada que se alimenta a corto plazo.
Pero, al parecer, esta herramienta ya ayudó a Weiss el mes pasado, cuando muchos fondos de cobertura fueron aplastados por las acciones de tecnología. Visser no quiso hacer comentarios sobre el desempeño, pero un documento para inversionistas indica que el fondo principal de Weiss pudo eludir la mayoría de los tumultuosos mercados de octubre, y en lo que va del año ya subió 6.3%.
Visser admite que no todos los administradores de cartera del fondo de cobertura estaban entusiasmados con las nuevas mediciones, herramientas y expectativas, pero argumentó que las herramientas cuantitativas eran justas, objetivas y necesarias. “Quieren mejorar y abrazarlas, o luchar contra eso”, dice. “Pero este es un caso de adaptarte o morir”.