Por: Guillermo Fadanelli
Ilustración: Ricardo Figueroa, cortesía de Nexos
Byung-Chul Han es un filósofo de miscelánea, atento a los temas de actualidad y buen escritor, pero nada más; sus aserciones y su estilo periodístico lo hacen polémico y legible. Yo creo que el concepto de belleza es una aporía y, como Wittgenstein, preferiría seguir de largo ante palabras tan ampulosas, mas no sin decir que considero la belleza atracción, efecto, seducción e invitación al cautiverio. Ciertos escritores que crean belleza, digamos, me parecen hombres y mujeres de las cavernas. Por algún retorcido motivo me atrae esa vida que llevan, enconchados dentro de una ergástula, misántropos y temerosos de su propio oficio (es evidente que ya no resulta así en estos tiempos, pero no me refiero a los escritores de vitrina o aparador, sino a quienes lo son pese a ellos mismos). Walter Benjamin, en Iluminaciones, se refería a la bohemia y en especial a Baudelaire como un modelo de lo que se llamaría escribir en la cueva, en las grietas de la sociedad o en las raíces del horizonte negro.
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