Crea una Navidad saludable para el alma. La Navidad tiene un significado profundo para muchas personas: es una oportunidad para reunirnos con la familia, revivir tradiciones y compartir momentos que se convierten en recuerdos. Estas reuniones pueden ser tan beneficiosas para el corazón como lo son para el alma, siempre y cuando las vivamos con conciencia y cuidado. Aquí te comparto algunas ideas para hacer de estas fiestas un momento agradable y memorable para todos.
1. Más que comida, son recuerdos: En estas fechas, es común disfrutar de alimentos que solo se preparan una vez al año, muchas veces ligados a tradiciones familiares o a personas que ya no están. Recordemos que la comida también es una forma de celebrar y conectar con nuestros seres queridos.
Sin embargo, algo que debemos evitar es opinar sobre lo que comen los demás o sus cuerpos. Frases como “¿Te vas a comer todo eso?” o “Mejor ya no comas más” pueden generar incomodidad y afectar el ambiente. Si te preocupa la alimentación familiar, toma la iniciativa: lleva una ensalada fresca o un postre a base de frutas para compartir. Alimentar el cuerpo debe ser un acto de amor, no de juicio.
2. Construye momentos de paz: La Navidad puede traer consigo algo de estrés, especialmente cuando las conversaciones tocan temas sensibles o generan tensiones. Mi recomendación es evitar sacar a relucir temas polémicos, especialmente si estamos conviviendo con niños o personas mayores.
Para los niños, estas fiestas son momentos de ilusión, y no queremos que crezcan asociándolas con discusiones familiares. Para las personas mayores, estos encuentros suelen ser de los pocos momentos en los que ven reunida a toda la familia, lo que los hace especialmente emotivos. Cultivemos un ambiente de paz y gratitud, para que todos recuerden estas fechas como momentos de unión.
3. Moderación de alcohol: Navidad es, desafortunadamente, una época en la que el consumo de alcohol tiende a dispararse, y en contextos de tensiones familiares puede ser un detonante de conflictos. Por eso, es importante poner límites: establece horarios y cantidades para consumir alcohol, especialmente si hay niños pequeños en casa. Ellos merecen vivir una experiencia navideña llena de magia, no de incomodidad o discusiones. Y si sabes que el consumo de alcohol puede ser un problema para ti, pide ayuda a un familiar para que esté pendiente y te ayude a mantener el control.
4. Presencia real, no virtual: Uno de los mejores regalos que podemos dar en Navidad es nuestra presencia, completa y genuina. Tómate un respiro de las redes sociales: captura momentos con fotos, pero no te obsesiones con subirlas en tiempo real ni estar pendiente de las vidas de otros. Regresemos a lo básico: juegos de mesa, anécdotas familiares, conversaciones interminables y risas que nos dejen sin aliento. Estas interacciones no solo son buenas para el alma, sino también para la salud. Reír, por ejemplo, mejora la memoria, reduce el estrés y fortalece el corazón. Los momentos cara a cara nos recuerdan que la conexión humana es insustituible.
La Navidad es una época de convivencia, y cada celebración que vivimos es un tesoro. No olvidemos que tenemos un número limitado de estas fiestas con las personas que amamos. Por eso, vivamos estas fiestas con el corazón y la mente presentes. Disfrutemos sin prisa, con gratitud y plenitud, creando memorias que llevaremos con nosotros por siempre. Recordemos que la clave para vivir más y mejor está en disfrutar el ahora, con quienes tenemos cerca. ¡Feliz Navidad!.