Todos queremos gozar de buena salud, pero muchas veces no sabemos por dónde comenzar. ¿Cómo construir un estilo de vida que nos permita vivir más años con calidad? La respuesta está en un sencillo camino de tres pasos: despertar el interés, generar un compromiso y desarrollar una obsesión sana (lo veremos más adelante).
Todo comienza con un deseo genuino de cuidar tu bienestar. Ese interés puede surgir de querer mejorar tu energía, prevenir enfermedades o simplemente sentirte bien. Sin ese primer paso, por más que quienes nos rodean quieran vernos saludables, el cambio no ocurrirá, y será frustrante para ellos intentar convencernos.
Una vez que surge el interés, el siguiente paso es el compromiso. No basta con informarse: hay que actuar. La clave es establecer metas alcanzables a corto plazo que inspiren a mejorar sin generar agobio. Un objetivo puede ser tan simple como dormir mejor o incorporar más frutas y verduras a tu dieta. Lo importante es que seas consciente de lo bien que se siente cuidarse y que lo conviertas en parte de tu rutina diaria.
A partir de ahí nacerá una obsesión por sentirte bien. Este es quizás el paso más crucial, y el que suele malinterpretarse. Muchos creen que su “obsesión” por la salud debe girar en torno a números: kilos perdidos, días sin fumar o semanas sin caer en tentaciones. Sin embargo, una verdadera obsesión debe ser sana y no puede medirse en cifras; debe centrarse en disfrutar la vida, sentirse bien por dentro y por fuera, y construir una rutina flexible y adaptada a tus necesidades. Una obsesión saludable busca el equilibrio y la adaptación al entorno, sin comprometer tu bienestar. Por ejemplo, una obsesión inadecuada sería querer comer solo alimentos orgánicos, y en una situación de mucha hambre, preferir desmayarse antes que consumir lo que esté disponible.
Eduardo, uno de mis pacientes, es un claro ejemplo de cómo la salud puede variar en intensidad. Cada cuatro años se compromete durante un año a correr maratones, cuidar su dieta y adoptar hábitos impecables. Pero una vez que termina ese año, vuelve a una vida de excesos. Con él trabajo en construir constancia por encima de intensidad, para que su motivación no sea blanco o negro, sino que encuentre una obsesión sana y flexible. Que no espere cuatro años para comprometerse a corto plazo con su bienestar, sino que busque pequeños cambios constantes.
Esa es mi invitación para ti: que encuentres una obsesión saludable por una vida feliz y longeva. Que en tu mente siempre esté el deseo de vivir más y mejor. Si no sabes por dónde comenzar, pero este artículo despertó tu curiosidad, significa que ya hay interés. Entonces, el primer paso ya lo diste. Ahora comprométete con metas que te inspiren: un mes de dormir temprano, disminuir el alcohol o incluir frutas y verduras a diario. Paso a paso, descubrirás lo bien que se siente cuidar tu salud y con ello podrás desarrollar una obsesión sana y flexible por una vida longeva, llena de sonrisas y bienestar.
Y recuerda: no todas las personas están listas para buscar la salud. Es importante entender que cada uno tiene su propio proceso, y debemos ser compasivos y respetuosos con sus tiempos. Algunas personas simplemente no sienten interés; otras, aunque cuenten con toda la información, no se comprometen porque otras circunstancias de la vida les llaman más la atención. No hay nada de malo en ello. Respetemos a los demás y entendamos que la salud es un camino personal.