La salud no se compra, se construye

Ciudad de México /

La salud a menudo se percibe como un lujo exclusivo, algo a lo que solo pueden acceder aquellos con alto poder adquisitivo. Sin embargo, esta visión es engañosa y, en cierto sentido, limitante. La salud no debería ser vista como un privilegio, sino como un derecho que todos podemos ejercer con lo que tengamos a nuestro alcance. No se trata de gastar grandes sumas en tratamientos, suplementos o membresías exclusivas, sino de cómo elegimos cuidarnos en nuestra vida diaria. La salud no se compra, se construye.

Esta idea de que lo valioso no siempre se puede comprar también se refleja en una frase que ha circulado en distintos contextos: “No busques el lujo en relojes o brazaletes, ni en mansiones o yates. El lujo está en reír con amigos, en la lluvia sobre tu cara; el lujo está en los abrazos sinceros”. Esta frase, de autor desconocido, ha resonado con muchas personas porque redefine lo que realmente es lujoso. En un mundo donde todo parece tener un precio, nos recuerda que los lujos más grandes de la vida son aquellos que no se pueden comprar, sino que se experimentan y se disfrutan. Sin embargo, para poder disfrutar de todos esos lujos intangibles, primero necesitamos salud.

Moisés Butze

Y así como muchas veces confundimos el lujo con lo material, solemos pensar que la salud se puede comprar. Creemos que se obtiene solo a través de medicamentos, suplementos, los gimnasios más costosos o los gadgets más nuevos. Pero la realidad es que la salud se construye con pequeñas decisiones diarias. Aunque los apoyos externos, como suplementos y tratamientos, puedan acercarnos a nuestras metas, es la voluntad, la constancia y la dedicación diaria lo que realmente nos permite mantener una vida plena.

La salud está en la elección de nuestros alimentos, más que en los suplementos que podamos consumir. Es el privilegio de saber nutrirnos de manera equilibrada y consciente lo que nos lleva a vivir más y mejor. No se trata de tener los tenis más caros y modernos, sino de moverse todos los días, aun cuando no tengamos ganas, aun cuando prefiramos la comodidad del sofá. No existe una pastilla en venta que reemplace los beneficios de mover el cuerpo.

Dormir bien es un lujo que a veces vemos inalcanzable y pensamos que la respuesta está en medicinas, pero el descanso se alcanza creando una rutina diaria que promueva un buen dormir, desconectando la mente de preocupaciones y estableciendo límites al trabajo. Y cuando hablamos de salud emocional, aunque los fármacos pueden ser útiles, ningún medicamento ha podido sustituir el poder de aprender a gestionar el estrés, construir relaciones significativas y tener un propósito que nos motive cada día.

Es por esto que la voluntad, la constancia y la dedicación son la única forma de construir una salud duradera. Porque, aunque los suplementos, los gimnasios y las terapias puedan acercarnos a nuestras metas, al final la salud se sostiene con pequeñas decisiones repetidas día tras día. La salud se construye con cada elección, y esas elecciones son las que realmente nos permiten vivir más y mejor.


  • Ale Ponce
  • Experta en ciencia e investigación de la nutrición con destacadas habilidades en el campo de la nutrigenómica y los alimentos funcionales. Vasta experiencia en el área de nutrición clínica y administración educativa. Publica su columna Vive más y mejor todos los lunes.
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