El invierno está aquí, con sus días más cortos y las bajas temperaturas que nos hacen pensar en mantenernos abrigados y en casa. Desde pequeños escuchamos frases como “ponte suéter o te vas a enfermar,” pero hoy quiero compartir algo importante: el frío no nos enferma. Lo que nos hace daño son los virus y las bacterias que circulan más fácilmente en espacios cerrados o mal ventilados.
Protegernos del frío no significa encerrarnos, sino tomar medidas sencillas para cuidar nuestra salud. Por ejemplo, lavarnos las manos con frecuencia sigue siendo nuestra mejor defensa contra infecciones. Además, si te encuentras en lugares muy cerrados, como oficinas, transporte público o reuniones familiares, usar cubrebocas puede ser una gran ayuda, especialmente si alguien está resfriado.
Para fortalecer nuestro sistema inmune, la alimentación juega un papel clave. Frutas y verduras como guayabas, naranjas, zanahorias y espinacas son ricas en vitamina C, hierro y zinc, nutrientes que nuestras defensas necesitan para funcionar bien. Si a esto le sumamos una sopa calientita que reconforte el cuerpo y el alma, mejor aún. Te comparto una receta fácil y económica que puedes preparar en casa:
- Ingredientes: 2 zanahorias, 1 calabacita, 1 papa, 1 chayote, 1 rama de apio, 1 diente de ajo, 1 litro de agua o caldo de pollo, sal al gusto, un toque de orégano y, si te gusta, un poquito de limón al servir.
- Preparación: Lava y corta las verduras en cubos pequeños. En una olla, hierve el agua o caldo, agrega las verduras y el ajo picado, y cocina a fuego medio hasta que estén suaves. Sazona con sal y orégano. Sirve caliente con limón si lo prefieres.
Además de cuidar lo que comemos, el Sol es otro gran aliado, incluso en invierno. Aunque los días soleados son más escasos, aprovechar cualquier ratito para salir y recibir un poco de luz es clave para mantener nuestros niveles de vitamina D3, que es esencial para nuestras defensas. Si sientes que no estás obteniendo suficiente, revisa con tu médico si necesitas suplementación.
También quiero invitarte a reflexionar sobre el impacto que tiene el miedo al frío en nuestra forma de vivir. Muchas veces, quienes crecimos con la idea de que los días fríos eran “malos” tendemos a evitar salir o preferimos que nuestros hijos permanezcan encerrados para "protegerlos." Sin embargo, este enfoque no es correcto. Acostumbrarnos a catalogar el clima como bueno o malo nos limita. Los días, las estaciones y el clima no tienen un valor moral. Cuando aprendemos a verlos como algo neutro, entendemos que disfrutar cada momento no depende de las circunstancias externas, sino de nuestras acciones.
Como generación, tenemos la oportunidad de cambiar esta mentalidad. Criar niños que vean los días fríos como una oportunidad y no como una amenaza puede ayudarlos a ser más resilientes,valientes y capaces de adaptarse a cualquier circunstancia. Enseñarles que los días perfectos no existen, pero que siempre podemos encontrar maneras de disfrutarlos, es un regalo que les durará toda la vida. Un niño que aprende a salir al frío y gozarlo será un adulto capaz de enfrentarse con entusiasmo a lo que venga.
Así que este invierno, no huyas del frío. Aprende a disfrutarlo, protegiéndote de forma inteligente: lávate las manos, mantén una alimentación balanceada, aprovecha el sol que haya y sal al aire libre, abrigado. Vivir más y mejor no depende del clima, sino de tu actitud ante un nuevo día.