2025: El año de la renta fija

Ciudad de México /

En los últimos años, el entorno ha sido desafiante para las inversiones en renta fija. Desde junio de 2021 comenzó un ciclo agresivo de alzas que llevó la tasa de interés hasta el 11.25% en marzo de 2023, la gestión de portafolios de renta fija se tornó compleja. Sin embargo, a partir de 2023, el panorama comenzó a mejorar con niveles elevados a lo largo de la curva de rendimientos y la expectativa de que el ciclo restrictivo del banco central empezaría a relajarse.

Durante 2023, con tasas elevadas y el fin del ciclo alcista, los rendimientos en renta fija empezaron a tornarse más atractivos, aunque el corto plazo seguía ofreciendo mejores retornos. La creciente volatilidad del mercado impidió que se materializara un ciclo de recortes significativo ese año.

Finalmente, en 2024, Banxico inició con los recortes, acumulando una disminución de 125 puntos base. Bajo este contexto, podría esperarse que la renta fija hubiera ofrecido rendimientos sobresalientes, pero factores globales introdujeron incertidumbre. Entre ellos, la resiliencia económica de Estados Unidos, la probable victoria de Donald Trump y sus políticas económicas que podrían presionar la inflación y alterar el ritmo de los recortes de tasas.

En el ámbito local, la continuidad del partido en el poder, la implementación de reformas y un nivel de déficit fiscal elevado generaron nerviosismo en los mercados. Esto incrementó la prima por riesgo, especialmente en inversiones de mayor plazo.

Un análisis de la curva de rendimientos refleja este fenómeno. En 2024, los inversionistas en Cetes a un año obtuvieron una tasa cercana al 11.55%, mientras que, los bonos gubernamentales a 10 años apenas alcanzaron un rendimiento del 2.98%. Como resultado, los bonos de mayor plazo cerraron el año con tasas incluso superiores a las observadas a finales de 2023.

El cambio en la política monetaria tiene implicaciones clave para la renta fija. A medida que las tasas bajan, los precios de los bonos tienden a subir, generando ganancias de capital para los inversionistas. Sin embargo, las nuevas emisiones ofrecerán rendimientos menores, lo que introduce un riesgo de reinversión en los portafolios.

Para 2025, el mercado espera que Banxico continúe con su ciclo de recortes. La reciente reducción de 50 puntos base marca un cambio en la velocidad de ajuste y deja abierta la posibilidad de recortes adicionales de la misma magnitud.

Con una tasa de fondeo en trayectoria descendente hacia niveles cercanos al 8.5%, de acuerdo con las expectativas del mercado en la última encuesta de Citi, y con rendimientos superiores al 10% en bonos de mayor plazo, podría ser finalmente el año en que estos instrumentos de renta fija muestren un desempeño más atractivo.

Aun así, el futuro sigue siendo incierto. Factores como la inflación, el crecimiento económico y eventos geopolíticos podrían modificar la dinámica del mercado de renta fija en 2025. La clave será monitorear estos elementos y ajustar las estrategias de inversión en consecuencia.

¿Qué esperar del mercado de renta fija en 2025?

Existen varios factores que podrían influir en la dirección de la renta fija durante este año. En primer lugar, la velocidad y magnitud de los recortes de tasas de interés por parte de Banxico serán clave. Si los recortes son más agresivos de lo esperado, podríamos ver un impacto positivo en los precios de los bonos de largo plazo. Sin embargo, si la inflación persiste o la economía muestra un crecimiento superior a lo previsto, el banco central podría adoptar una postura más cautelosa, limitando las ganancias en estos instrumentos.

Otro aspecto a considerar es el diferencial de tasas entre México y Estados Unidos. Si la Reserva Federal retrasa sus propios recortes, los inversionistas podrían preferir activos denominados en dólares, lo que aumentaría la volatilidad en la deuda mexicana y afectaría los rendimientos esperados.

A nivel geopolítico, eventos como la posible implementación de nuevas políticas comerciales en EE.UU., la evolución de los conflictos en Europa y Medio Oriente, así como la estabilidad política en México, serán determinantes para la percepción de riesgo en los mercados de deuda.

Dado este panorama, los inversionistas en renta fija deben considerar diversificar sus posiciones. Mantener una combinación de instrumentos a corto y largo plazo permitirá aprovechar oportunidades de rendimiento sin exponerse excesivamente a movimientos inesperados en la curva de tasas. Además, los bonos corporativos con calificación alta pueden ser una opción atractiva para quienes buscan un equilibrio entre riesgo y rendimiento.

En conclusión, 2025 se perfila como un año clave para la renta fija. Con expectativas de recortes en las tasas y un entorno aún incierto, la clave será una gestión activa y bien informada de las inversiones.


  • Alfonso Jarquín
  • Director de Inversiones en Valmex
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