En el laberinto del proceso creativo siempre hay un espacio de honor para la herramienta del artista. Leía estos días una confesión del cineasta Night Shyamalan, al que admiro desde El sexto sentido, pese a que Jorge Ayala Blanco haya sentenciado que era una película “apantallapendejos”. Planteaba el realizador, decía, que su ritual para cada filme es tomar una pluma y abrir una libreta roja que comienza a hablarle y a dictarle notas e ideas para un nuevo filme.
Uno pensaría hoy que es una excentricidad el uso de bolígrafos, pero resulta sorprendente cuántos autores a estas alturas siguen echando mano de ellos. Cuando pregunté eso a la novelista belga Amélie Nothomb, la respuesta vino en tinta azul de una pluma Bic que siempre la acompaña, para responder entrevistas por escrito o para emprender un nuevo libro.
Cuando ya había computadora Carlos Fuentes seguía echando mano de la máquina de escribir para sus artículos que aparecían en La Jornada y después en Reforma, lo que hacía más inexplicable que autores por debajo de la jerarquía del novelista se atrevieran a enviar sus crónicas voladas a mano con una caligrafía desastrosa, solo para quejarse después por un garabato mal traducido. Cristina Pacheco también escribía a máquina cuando ya competían PC y Mac.
En un libro peculiar por la riqueza reunida en su brevedad, Así escribo (Cal y Arena, 2015), Delia Juárez pregunta a un puñado de escritores cómo enfrentan el misterio de la creación, a lo que el portugués António Lobo Antunes responde: “Escribir es como una droga.
Se empieza por puro placer y acabas organizando tu vida como los drogadictos, en torno a tu vicio”.
Por este volumen sabemos que Eliseo Alberto escribía en computadora y que José Agustín usaba una pluma fuente Esterbrook, morada, sustituida después por una Olivetti.
David Toscana se pasea entre la tinta negra y directo en la PC, Carlos Velázquez revela que cuenta historias desde un teclado y Guadalupe Nettel centra: “Suelo tomar notas y paso formalmente al papel solo cuanto encuentro el tono indicado”.
El misterio de la creación.