Hoy se juntan dos contenidos fundamentales, grandiosos, imperdibles. Tome nota.
VEA
No lo puedo decir de otra manera: “A cielo abierto” es una de las mejores películas que se han hecho en este país en los últimos años.
Es la ópera prima de Mariana Arriaga y Santiago Arriaga, los hermanos Arriaga, que inician en este negocio con el pie derecho.
Todo va a depender de usted. Si este filme funciona este fin de semana y usted lo elogia en sus redes sociales tanto como lo han elogiado los críticos en los mejores festivales del mundo, vamos a poder decir que estos jóvenes comenzaron su carrera con una obra maestra.
Antecedentes: Guillermo Arriaga es uno de los mejores escritores que tenemos en México y, desde la perspectiva cinematográfica, cambió la historia con obras como “Amores perros”.
En aquellos años, Guillermo también escribió “A cielo abierto” pero el manuscrito quedó por ahí, en su casa.
Mariana y Santiago son los hijos de Guillermo, se encontraron con esta obra, les fascinó y decidieron filmarla en grande, muy en grande.
Todo lo que le dicen a los directores que están empezando que no hagan, ellos lo hicieron: producción de época, carretera, niños, animales.
¡Y lo hicieron bien! ¡Lo hicieron increíble! Consiguieron financiamiento hasta de España.
“A cielo abierto” es una pieza tan buena o más que “Amores perros”. Es ese tipo de cine, pero en “road movie”.
Sí, leyó usted bien: película en movimiento. Todo es locación. Los personajes están cambiando de espacio todo el tiempo. ¡La amo!
¿De qué trata? No le voy a vender trama para no arruinarle la experiencia pero es sobre el odio.
¿Le suena? ¡Exacto! Es la película más actual que la familia Arriaga nos pudo haber ofrecido en la actualidad.
El odio es lo de hoy. “A cielo abierto” es lo de hoy. Hay que verla para entendernos. Hay que verla para discutirnos. Hay que verla para perdonarnos. Si es que podemos.
¡Es un golpe directo al alma! Usted no va a dar crédito de todo lo que va a ver en ese intensísimo viaje al desierto de Coahuila y al final acabará transformado. Se lo juro.
Me impresiona el finísimo trabajo de dirección que lleva a actores como Federica García, Theo Goldin, Máximo Hollander, Julio César Cedillo, Sergio Mayer Mori, Cecilia Suárez y Julio Bracho a tocar fibras como ya no se ve en ninguna parte.
Y es que “A cielo abierto”, a diferencia de la mayoría de los contenidos que tenemos en el mercado, fue hecha para verse en las salas cinematográficas.
Por eso sus actores hacen lo que hacen, su fotografía está tan estudiada y su música resulta tan potente. Hay que encerrarse a gozarla en la pantalla grande y gritar, y asustarse, y vivir.
No va a encontrar ninguna experiencia cinematográfica así de buena, así de grande, en ningún otro lugar en este momento.
Luche con todas sus fuerzas por ver a partir de hoy jueves 17 de octubre “A cielo abierto” en su sala cinematográfica favorita. Le va a gustar. De veras que sí.
SIENTA
Le voy a pedir un favor. Jamás le había pedido esto. Jamás. Métase a Netflix, busque hoy jueves 17 de octubre un contenido titulado “Estado de silencio” y píquele.
No importa si lo ve más tarde, mañana o el fin de semana. Le suplico que le pique hoy para que se posicione en los primeros lugares de las listas de esta plataforma ya, ya, pero ya.
Así conseguiremos que más gente, en México y en todo el mundo, la tome en cuenta y la mire.
¿Por qué tanta insistencia? Porque estamos hablando de un documental que, si funciona, podría conseguir cambios fundamentales.
Esta producción de Diego Luna, Gael García Bernal, Santiago Maza y Joris Debeij, entre muchas valientes personalidades, es sobre la violencia en contra de los periodistas en México.
¿Y? Seguramente usted, como muchas personas, supone que todas y que todos los periodistas somos iguales, que todas y que todos estamos vendidos a la oligarquía y muchas otras cosas más.
Pero no. La verdad es otra. Y las historias que ahí se cuentan tienen que ser conocidas precisamente así, a gran escala, en la escala de Netflix.
¿Cuál es la nota? ¿Por qué es importante que este filma funcione?
Porque acaba de comenzar la administración de Claudia Sheinbaum y si ella y su equipo se sensibilizan sobre las cosas que están pasando aquí, tal vez podríamos conseguir un cambio en la narrativa de odio en contra de la prensa, tal vez se pudiera aspirar a la justicia, tal vez se pudieran salvar vidas.
Sería un paso gigantesco en muchos sentidos y al final todos saldríamos ganando porque la información es un derecho y es inaudito lo que está pasando en muchos rincones de nuestra nación.
“Estado de silencio”, escrita y dirigida por Santiago Maza (“Pan y circo”), es un trabajo prodigioso por lo que dice y por cómo lo dice.
Yo no sé cómo le hizo este genio para que las personas que participan aceptaran terminar de arriesgar su vida contando lo que cuentan, pero sus historias están tan bien “bordadas” que esto termina siendo material no sólo para periodistas, no sólo para estudiantes de comunicación, no sólo para la gente de los medios.
Es lo humano sobre lo humano, algo que yo le recomiendo a padres de familia, a los chicos que opinan en las redes sociales. Es para todas y para todos.
Independientemente de que tomé muchos apuntes y aprendí bastante cuando lo vi, al final me pasó algo muy curioso: no sabía qué decir.
Ahí estaban los productores. Ahí estaba el director. Ahí estaban los periodistas. ¿Qué se dice cuando uno mira un documental como éste? ¿Felicidades? ¡Claro que no! ¿Cómo felicitas a alguien que ha sufrido tanto?
Yo sólo pude decir gracias. ¡Gracias por hacer esto! ¡Gracias por hacerlo bien! ¡Gracias por aportar! ¡Que Dios las bendiga y los bendiga a todas y a todos, y que permita que esto cambie!
Prohibido no picarle a su Netflix hoy. Prohibido no ver “Estado de silencio”. ¡Gracias!