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Memory

  • La pantalla del siglo
  • imagen firmas pluma
  • Annemarie Meier

Jalisco /

La película Memoria del mexicano Michel Franco empieza con una reunión de Alcohólicos Anónimos que festeja a Sylvia (Jessica Chastain) por no haber consumido alcohol en 13 años. En presencia de su hija Anna, la mujer escucha los animados recuerdos de miembros del grupo que platican sus experiencias al dejar de tomar. También en una reunión con ex colegas de Sylvia de la secundaria, el tema central son los recuerdos. Sin embargo, la alegría de volver a verse se mezcla con la nostalgia por la juventud perdida. Con **Memory Michel Franco nos lleva a reconocer que hay muchos tipos de recuerdos y que, mientras algunos sufren por no poder recordar, otros sufren por no poder olvidar.

El filme se centra en Sylvia, una mujer y madre quien trabaja en un hogar diurno para personas con problemas psíquicos. Después de la reunión con ex compañeros de colegio uno de los asistentes la sigue de lejos a su casa. Sylvia se encierra y pone la alarma. Por la mañana encuentra al hombre acostado en el piso frente a la puerta y tiritando de frío. Más tarde es recogido por su hermano que le explica a Sylvia que Saul (Peter Sarsgaard) sufre de demencia. No recuerda, por ejemplo, que Sylvia fue su compañera de colegio mientras que a ella este hecho le trae recuerdos traumáticos. La exclusión y vulnerabilidad se convierte en solidaridad entre los dos personajes que desarrollan una interdependencia y lazos de amor que encuentran el rechazo de su entorno.

La trama central que gira alrededor de la relación entre Sylvia y Saul, abre espacios para Ilustrar en el presente, situaciones y sucesos del pasado. La manera sutil de Franco para ligar el pasado con el presente sin recurrir al flash back, los álbumes de foto o películas caseras, mantiene en suspenso y profundiza con cada secreto revelado, la relación entre los personajes. Una relación difícil ya que entran en juego los familiares de Sylvia, en especial su hermana y madre, y, de parte de Saul, su hermano con el que vive. Son ellos quienes representan la reacción de la sociedad que critica y rechaza el amor que nace entre los dos personajes lastimados y marginados. Anna, la hija de Sylvia, parece ser la única que reconoce la necesidad de su madre. El resto sigue la regla de que a los enfermos y marginados hay que apoyarlos pero también controlarlos ya que trastocan la “normalidad”.

Con Memory Michel Franco demuestra que no se necesitan grandes producciones ni trucos visuales para temas difíciles como la memoria. Sus filmes Después de Lucía, Chronic, Nuevo orden y Sundown: Secretos en Acapulco mostraron su preocupación por la fragilidad femenina, la familia, la enfermedad y la desigualdad social. Su visión de México, sin embargo, parecía tender hacia la generalización de características y conductas de “lo mexicano”. La trama y las clases sociales de Nuevo Orden y el entorno acapulqueño de Sundown in Acapulco, desentonaban con la sutileza con la que suele abordar los dramas humanos. En Memory le saca la vuelta a los clisés, la cámara mantiene una distancia empática con los personajes, la puesta en escena y los diálogos no sobre dramatizan el dolor. La música, en especial la canción A Whiter Shade of Pain de la banda inglesa Procol Harun, acompaña la historia neoyorquina como leitmotiv y enriquece el disfrute de un drama profundo y emocionante.


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