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El fantasma de la recesión

Ciudad de México /

Cada vez más se menciona, por parte de diversos analistas y medios especializados, la posibilidad de una recesión tanto en Estados Unidos como en México. Pero ¿qué significa este término? Técnicamente, una recesión es la contracción de una economía durante al menos dos trimestres consecutivos. Esto, en la cotidianidad de las personas, se traduce en menos consumo, producción y oportunidades de empleo.

Históricamente, en el caso de EU, las causas más comunes de una recesión han sido shocks de oferta, como la escalada del precio del petróleo en los setenta o la pandemia de covid-19 en 2020; crisis financieras, como el colapso del mercado inmobiliario de 2008, o políticas desproporcionadas, como pueden ser aranceles excesivos o reducciones de impuestos que incrementen el déficit fiscal. Dado el tamaño de la economía estadunidense, una recesión en ese país implicará un grave impacto para el resto del mundo, particularmente para México, dada la integración regional actual.

Según Bruce Kasman, jefe de investigación económica del banco JP Morgan, la probabilidad de una recesión en EU ha aumentado a 40 por ciento, 10 puntos por encima del 30 de principios de año. También indicó que el riesgo de recesión podría elevarse a 50 por ciento o más si los aranceles recíprocos que Trump ha amenazado con imponer a partir de abril se implementan en sus términos. Por su parte, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de EU, ha manifestado su preocupación por el incremento de la incertidumbre económica, así como por las políticas fiscales y comerciales planteadas por la actual administración.

Ante un escenario como este es fundamental impulsar políticas contracíclicas que vayan en contra de la inercia de desaceleración que se viene presentando. En el caso de nuestro país, el Plan México, presentado por la presidenta Claudia Sheinbaum el pasado 13 de enero, considera ya medidas de este tipo, tales como incrementar la proveeduría local de mayor valor y fomentar polos de desarrollo basados en las vocaciones regionales. Para ello, el plan incluye, para el pago de impuestos, deducción inmediata de inversiones nuevas en activo fijo y una deducción fiscal adicional de 25 por ciento del gasto incremental para capacitar a los trabajadores en colaboración con instituciones educativas y de investigación.

Por otro lado, la banca de desarrollo ha venido trabajando en impulsar a micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), lo cual es fundamental para la fortaleza del mercado interno, pues estas concentran 70 por ciento de la fuerza de trabajo del país.

Es claro, entonces, que hay plan para enfrentar el escenario recesivo que permea desde EU y, como hemos atestiguado recientemente, capacidad negociadora para implementarlo. A pesar de ello, el alto grado de incertidumbre existente probablemente obligue a reforzarlo y, desde mi punto de vista, a estudiar mecanismos fiscales adicionales que garanticen la competitividad mexicana incluso en un entorno comercial internacional adverso.

Alfa positivo. Buenas noticias en el norte. La Secretaría de Economía anunció el miércoles pasado una inversión de 3 mil 700 millones de dólares en Durango, en dos proyectos que tienen que ver con una planta de fabricación de fertilizantes y una ciudad digital denominada Fermaca.


  • David Razú
  • Economista dedicado a temas de finanzas, inversiones y previsión social. Director General de Afore XXI Banorte.
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