Como era ya muy esperado y anunciado, el regreso del presidente Trump a la Casa Blanca estuvo cargado de consignas ideológicas y llamados al nacionalismo bajo el amparo de su movimiento MAGA (Make America Great Again). Más allá de las medidas de corte político y declarativo, como el cambio de nombre del Golfo de México, existen varias con implicaciones económicas directas para México.
Las dos más relevantes en este ámbito son la migratoria y la comercial. En la primera, la declaratoria de emergencia nacional en la frontera con nuestro país y la agenda de Remain in Mexico (permanecer en México), así como la amenaza de deportaciones masivas, han puesto en alerta al gobierno mexicano, el cual ha venido ya tomando una serie de medidas precautorias, tales como el establecimiento de un programa para el potencial recibimiento de miles de paisanos que podrían verse obligados a volver de manera intempestiva. Esto tiene sentido porque la amenaza es creíble.
En lo que tiene que ver con la agenda comercial, por su parte, desde el año pasado Trump amenazó con la imposición de aranceles de 25 por ciento tanto a México como a Canadá, sus dos principales socios comerciales. Esta sola posibilidad había hecho saltar el tipo de cambio el lunes por la mañana, solo para regresar a sus niveles previos cuando se supo que entre las más de 40 órdenes ejecutivas que el presidente habría firmado, no estaba ésta.
Más tarde, en un encuentro con los medios ya en la Oficina Oval de la Casa Blanca, dijo que los aranceles llegarían hacia el primero de febrero. Nuevamente hubo algo de nerviosismo en los mercados, pero nada sobresaliente. Desde mi punto de vista, más allá de los muchos análisis que circulan y de la impredecibilidad de Trump, los inversionistas no terminan de dar crédito a la posibilidad de que esta política realmente se ejecute en sus términos, y con razón.
Como aquí lo comenté anteriormente, la imposición de aranceles generales a México representaría un importante impacto inflacionario para los consumidores estadunidenses. Creo que ni la alta popularidad de Trump alcanza para imponer ese costo, máxime cuando es una de las cosas que más se le criticaron al saliente Biden.
El tiempo dirá, pero no sería esta la primera ni la última vez que Trump emplea un discurso de corte duro para mejorar su posición en negociaciones subsecuentes que versan sobre muchos más temas que lo meramente comercial. Me parece que esto es lo que los mercados están leyendo en este momento y por eso vemos relativa calma. Por lo pronto, a México le toca concentrarse en lo que puede controlar: un diálogo constructivo para la coordinación y la cooperación que, como dice la presidenta Sheinbaum, no caiga en la subordinación. México debe tener presente, tanto en la mesa como en el discurso, el alto valor que agrega nuestro país al bloque norteamericano.
Alfa positivo. El Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) al cierre de 2024 acumula plusvalías históricas por 3.617 billones de pesos, equivalentes a 53.4 por ciento de los activos administrados por las Afores, según la Consar. Además, los rendimientos nominales históricos del SAR ascendieron a 10.44 por ciento en promedio anual y a 4.71 por ciento en términos reales.