Claudia Sheinbaum asumirá el cargo de presidenta constitucional el próximo 1 de octubre, en un escenario político polarizado tras la aprobación de la reforma judicial.
Su principal reto, según ha expresado en diversas intervenciones públicas, será construir el "segundo piso" de la Cuarta Transformación.
La próxima mandataria tiene varias áreas de oportunidad para mejorar el rumbo del país. México necesita con urgencia una nueva estrategia de seguridad que permita reducir los elevados índices de violencia.
Es innegable que hay regiones del territorio nacional que, de facto, están bajo el control de los cárteles del narcotráfico.
Al inicio del gobierno de López Obrador, se abrió un debate dentro de MORENA sobre la legalización de la marihuana, tanto para uso recreativo como medicinal.
Es momento de retomar esa discusión.
Otro desafío para la presidenta será implementar una política de vivienda social para los jóvenes.
Muchos de ellos, debido a salarios insuficientes, no pueden alquilar ni comprar una vivienda.
Se estima que en la Ciudad de México el 60% de los jóvenes de entre 18 y 29 años todavía vive en casa de sus padres, y un 30% opta por compartir gastos mediante la modalidad de "roomies".
Invertir en ciencia y tecnología es fundamental para el crecimiento y desarrollo del país.
En el último año, el gobierno mexicano destinó solo el 0.6% del PIB a este sector, una cifra muy baja. Si queremos tener una economía competitiva y aprovechar el talento nacional, necesitamos aumentar esa inversión.
Con la creación de la nueva Secretaría de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación, se espera que este panorama cambie.
Finalmente, es necesario fomentar la creación de naves industriales para atraer inversiones derivadas del nearshoring.
Grandes proyectos de infraestructura, que podrían cristalizarse en coordinación con el sector privado, podrían ser altamente beneficiosos para la economía mexicana con el objetivo de seguir impulsando corredores industriales.