Empleos lentos pero inseguros

  • Economía empática
  • Héctor Farina Ojeda

Jalisco /

Cuando comenzó el año lo advirtieron la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT): la desaceleración y el insuficiente crecimiento económico proyectado para la región en 2024 tendría un impacto negativo en la generación de empleo asalariado y formal. Y en el transcurso del año las expectativas de crecimiento se han ido recortando y ahora se estima que el repunte promedio será de 1.8 por ciento en los países latinoamericanos. Una de las consecuencias visibles es que los empleos formales aparecen con lentitud, con insuficiencia, mientras la informalidad se convierte en la opción más viable para millones de trabajadores.

El caso de México es un buen ejemplo de los síntomas latinoamericanos: en el mes de agosto la creación de empleos formales tuvo una marcada desaceleración. Con 58 mil 47 nuevos puestos, este es el menor ritmo registrado en los últimos 40 meses, de acuerdo a los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En lo que va de 2024 se han creado 365 mil 44 puestos de trabajo formales, cifra que está muy por debajo de la necesidad de más de un millón de puestos por año. La economía se está desacelerando y, por lo tanto, la creación de nuevos empleos formales también. Y esto afecta directamente a los trabajadores.

En el caso de los países latinoamericanos hay varias condiciones que vuelven más compleja la situación: la pobreza afecta a más de 200 millones de personas, la desigualdad es alta, la movilidad social es limitada y la informalidad laboral alcanza a cerca de la mitad de los trabajadores. Es decir, uno de cada dos trabajadores latinoamericanos se encuentra en la informalidad, sin prestaciones, sin seguro social, sin salarios fijos y sin estabilidad. En Bolivia la informalidad llega al 80.8 por ciento, de acuerdo a las cifras de la OIT, mientras que el menor porcentaje se da en Chile con 25.8 por ciento. México tiene 53.1 por ciento de informalidad.

Tenemos un serio problema con el empleo: está creciendo lento e inseguro. Lento porque la creación de puestos formales se encuentra en fase de desaceleración y no alcanza a cubrir las necesidades del mercado laboral. E inseguro porque al no encontrar puestos formales, los trabajadores se van a la informalidad, a los empleos temporales, inseguros, precarios, que garantizan ingresos momentáneos pero que no permiten construir a mediano y largo plazo. Sin la seguridad de ingresos ni la estabilidad laboral es muy difícil pensar en emprender, en endeudarse a largo plazo para comprar una casa o tan siquiera planificar en el corto plazo. La urgencia de sobrevivir no da oportunidad de pensar más allá.

Una de las grandes necesidades pendientes es la del empleo de calidad. No sólo se trata de aumentar la formalidad del trabajo sino de revertir la precariedad generalizada para recuperar los buenos salarios, la estabilidad, la capacidad de proyectar en el tiempo y de saber que cuando uno trabaja bien la recompensa será una buena calidad de vida.


Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.