
Era cruel la violencia en Centroamérica; entonces muchos de sus habitantes tuvieron que huir y emigrar a otros países, entre ellos México, donde les dieron refugio. También llegaron niños que habían sufrido el terror. Algunos de los pequeños asistieron a escuelas, sobre todo primarias; ahí los conoció la maestra Guadalupe Rosas Zambrano, artista plástica, quien les impartió clases especiales como parte de su diplomado.
Y conoció el nivel de miedo acumulado en pequeños cuando los puso a dibujar. Les había proporcionado todo el material para que pintaran. Ese trabajó se conjuntó con la tesis titulada El aprovechamiento de la educación artístico-plástica en la formación integral del niño, presentada por ella y su compañero, Antonio Ledesma, en la UNAM, para obtener el título de Licenciado en Comunicación Gráfica.

En su tesis describen que “en general los resultados que obtuvimos de este programa —con un grupo de niños de entre 4 y 5 años de edad— fueron muy buenos, pero tuvimos una experiencia en particular que nos dio una gran satisfacción”. Al finalizar el curso, “una madre se acercó para agradecernos la ayuda que le habíamos dado a su hijo, un niño que al ingresar era muy inquieto y distante con sus compañeros”, lo que le cambió el carácter y se volvió alegre y participativo con los demás.
La señora les informó que eran nicaragüenses y habían salido huyendo de la guerrilla de esa región, de modo que caminaron hasta llegar a territorio mexicano. Durante su trayecto habían presenciado muchos asesinatos. Tenían un año en México país y en ese tiempo a su hijo lo habían expulsado de cinco escuelas por ser conflictivo e inadaptado.
Ese fue uno de los casos al realizar el servicio social en el Taller Infantil de Artes Plásticas, TIAP, donde convivieron con niños, quienes, mientras más pequeños eran, “mayor era su atracción y facilidad para expresarse con este medio artístico”, detallan los autores.
Y así, “innumerables” casos de menores de edad en el arte plástico, entre los que descubrieron varias cualidades, como creatividad, expresividad y muchas otras, “lo que nos hizo reflexionar más acerca del niño y el arte…”
Así surgió El arte como terapia.
Y lo practica la artista plástica Guadalupe Rosas Zambrano, a quien visitamos en su estudio de la colonia Juárez, donde explica sus métodos, que también han sido practicados en Alemania, con niños migrantes, como ella lo atestiguó mientras participaba en un taller impartido en ese país, donde está incluida esa materia, misma que debería estar en las escuelas primarias de México, sobre todo en estos tiempos violentos.
—¿Y quién es Guadalupe Rosas Zambrano?
—Soy artista plástica, originalmente comunicadora gráfica, pero me fui encaminando por la producción artística, aunque también en el camino estuve haciendo producción infantil. Ahora me dedico a la producción de acuarelas, básicamente, y a dar clases de artes plásticas; también me dedico a dar arte terapias, o sea, arte con enfoque terapéutico.
—¿Y eso en qué consiste?
—En utilizar el arte como un medio para el autoconocimiento; también para ir transformando pensamientos, emociones, que a veces no se pueden expresar a través de la palabra ni con sicoterapia.
Y es que a veces las personas no pueden armar las narrativas de sus problemas a través de métodos tradicionales. Es cuando las artes plásticas se convierten una alternativa, que es de lo que versa la tesis de esta artista, quien agrega: “Se utilizan los colores y texturas, para conocer las sensaciones que pueden tener con los materiales, pero también apoyándose de la música, de la escritura, la danza. De todas las disciplinas artísticas”.
—¿Y cuál es el perfil de tus alumnos?
—En ese sentido no son alumnos. Son participantes. Bueno, a mi me gusta llamarlos participantes, porque es una clase de artes plásticas. En las clases estamos viendo que aprendan a manejar los materiales.
La idea también es enseñar conceptos estéticos para que puedan trazar una imagen. “Lo único que buscamos es que la gente pueda decir: si estoy enojado, estoy enojado, y no sabe decir por qué lo está, y buscar lo que sienten con los materiales. Entonces les digo: Si no sabes dibujar, pues conque utilices manchas, utilices puntos, líneas”.
El arte como terapia se puede enseñar en escuelas, clínicas, hospitales y en comunidades, como lo hace Rosas Zambrano. “En hospitales, por ejemplo, a gente que está pasando por una recuperación o tiene alguna enfermedad”, explica la artista plástica. “Que vayan abordando sus procesos de sanación o de enfermedad, conectando con lo que les está sucediendo”.
Y en la escuela, por otro lado, “para que haya una regulación emocional, de autoconocimiento e integración grupal”.
La artista propuso un taller en una escuela primaria para mejorar el rendimiento escolar a través de las emociones.
Había niños en edades que iban de los 9 a los 14 años. Había niños migrantes y otros que habían tenido problemas en casa. El experimento lo hizo para obtener un diplomado. Los resultados fueron positivos. Pero este tipo de enseñanza no está incluida en los planes de estudio oficiales en México, como sí existen en otros países.
—Tú, como profesional, ¿crees que debería haber clases en las primarias de arteterapia?
—Yo creo que sí, por supuesto, sería muy útil; de hecho, ahorita, que se están preocupando mucho más por la salud mental y porque el arte esté más presentes en la formación de los alumnos…que siempre ha estado presente.
—Sí, pero como un pincelazo.
—Yo sí creo que sería muy útil, muy provechoso, que en las escuelas, en un taller emocional, hubiera un taller de arte terapia.
La artista, incluso, junto con su pareja, ha sido invitada a otros países, como Alemania, a impartir talleres tanto a niños migrantes como del país anfitrión. Fue en el año 2005, a través de una convocatoria a los artistas que no hablaran el idioma alemán y que trabajaran con niños.
“Porque la idea era dar talleres en el que el arte fuera mediador en comunicación, y estaba enfocado a niños migrantes que en ese entonces llegaban a Alemania y tenían problemas de comunicación en las escuelas”, recuerda la maestra Rosas.
—¿Y cómo les fue?
—La verdad fue maravilloso, porque había observadores y estudiantes que eran de una escuela dearteterapia de la ciudad. Y fue muy interesante porque además nos apoyaban como traductores.
Es el arte para expresar emociones y como alternativa de sanación, practicado por la maestra Guadalupe Rosas Zambrano, quien ha irrumpido como una pionera en esta materia, incluso a través de internet.