De la misma manera en que el sector opositors reaccionó reaccionariamente contra cualquier tema que les resulte demasiado comunista y social, ahora han puesto a todos sus corifeos en contra de una medida en la que cualquier ecologista como Derbez o el cantantillo de Café Tacuba podrían estar de acuerdo, como la de echar de las cooperativas escolares a los alimentos chatarra. Digo, tampoco nada raro, después de todo se trata de ultraconservas en almíbar que, como Javier Tellado Dondé, seguramente en sus caserones tienen desayunos de campeones a fuerza cheetos, gansitos, chorroles, churrumaiz y aguas negras del imperialismo, y por eso andan tan preocupados porque en vez de alimentos altos en grasas, azúcares y sal, en las escuelas los chicos puedan acceder a frutas, verduras y algo más nutritivo.
Parece que quieren seguir documentándole a los niños la posibilidad de que les dé un coma diabético.
Bueno, lo único que le falta alegar a estos defensores de la chatarriza es que la desaparición de sus menjunjes generaría más apocalishits que la muy comunista reforma al Poder Perjudicial. El Osito Bimbo estaría en peligro de extinción (no se rían).
No bueno, una telenovela solo comparable con la del ministro Gutiérrez Ortiz Mena (quien desde el SAT en el calderonato condonó miles de millones de impuestos a tantos y tantos empresaurios marros), que fue a Harvard a reírse de la reforma, que tristemente ya no puede desconstitucionalizar. Primero, en Harvard no tienen derecho a reírse de nada cuando tuvieron como maestro al ex presichente Jelipe CaldeRón; eso desprestigia a cualquier institución académica y no solo por ser el compadre de Genarco García Luna Productions.
O sea, perdón, se ríen de que a los aspirantes a jueces y magistrados se les pida una recomendación de sus vecinos, que en realidad son los que saben con claridad del comportamiento de cualquier aspirante. ¿Acaso ustedes creen que los vecinos de Ríos Farjat, la ministra Piña y de Alcántara Pimentel les darían su Bo.Vo.? Pues claro que no, como se sienten de una casta divina deben ser de lo más insoportable con sus camionetones, guaruras y fiestas en lo oscurito con Alitititito Moreno.
Y para colmo, les da risa a los harvardteños que no se exijan altas calificaciones a los aspirantes, cuando en México mucha de la gente que sacaba puro 10 como Salinas & Zedillo resultaron más maleantes que El Negro Durazo.
Entre más conozco Harvard, más quiero a los Harvardtolo Naucalpan.