Mientras se prepara a irse a España a nutrir la notable y admirable población de mexicanos de alto nivel que son adictos a la butifarra como mi licenciado Peña, Salinas de Gortari y el expresichente Jelipillo, Ciro Gómez Leyva afirma que con todas las reformas del bienestar que se vienen y la inminente caída del Poder Perjudicial, el México de la Cuatroté se convertirá en lo que viene siendo una dictadura. Algo que casi no se ha dicho desde el sector opositors y que apenas han insinuado prianistas como Alititito Moreno y Markititito Cortés, que casi ni han canibalizado neoporfirísticamente a sus partidos, además de la muy derrotada candidata del huipil, el dueño y caporal de la oposición, Claudio XXX, el falso mesías neoliberal. De hecho me asombra que Ciro hable de una satrapía que se proyecta hacia el futuro, cuando teníamos casi la certeza de que ya estábamos sometidos por una inclemente dictadura comunista y venezolanizada.
Por supuesto, como dice el comunicador, hay suficiente información de que esta dictadura macuspánica podría imponer la pena de muerte, erradicar la muerte chiquita y La casa de los famosos. Claro, claro, lo más seguro es que conviertan al Estadio Azteca en un estadio de beisbol, obligarán a los mexicanos a tener una dieta basada en tamales de chipilín, e igual por ley tendrán que comerse las erres al hablar y de paso, mediante métodos represivos, nuestros compatriotas se verán en la penosa necesidad de agregarle una S a los verbos pretéritos del singular de la primera persona. Cosas terribles que ni a Pinochet, héroe emocional del derechairismo en éxtasis, se les hubiera ocurrido.
O sea, cómo se le ocurre al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum arrebatarle a la Tremenda Corte sus PRIvilegios, buscar su democratización y dejarla sin nepotismo, chale.
Y todavía peor, que exista una alianza maligna de la Cuatroté lopezobradorista con la justicia yanqui para que actos terribles desprovistos de toda ética se ceben contra compatriotas tan probos como el compa favorito de los hermanos Zavala, Genarco García Luna Productions. Sin olvidar a admirables plutócratas que viven una crisis por algo tan demodé como el #FIFAGate, o que son perseguidos por capitalistas neoliberales que, como dictan los cánones del capitalismo salvaje, lo que quieren es cobrarles los cientos de millones que les deben, no se vale. Se supone que entre capitalistas se pueden hacer pedazos, pero nunca se harán daño.
¿Cuántos más, ANLO?