Debe ser muy agotador para Claudio XXX y su fanaticada tener que despojarse de un disfraz para calzarse otro a velocidades que ya hubiera querido Mayito para hacer el Gallinazo. Ayer eran eminencias en el Poder Perjudicial y gritaban que estaban contra la tiranía de las mayorías (la democracia no es lo suyo), y ahora se ponen al servicio de su majestad el Mirrey de España porque no lo invitaron a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum. Cabe aplaudir al ballet folclórico de la ultraderecha, pues luego luego se calzó su uniforme de Hernán Cortés, Pedro de Alvarado y de la Malinche en la versión de Facho Cano (ya saben, los conquistadores eran progres buenaondita, humanistas, pero con los métodos de Francisco Franco y la Gestapo), listos para limpiar el honor del Borbón que anda más voxista que nunca.
Los vi tan sensibles a los derechairos que extrañan tanto el virreinato como Krauze la melancolía que experimenta por la Dictadura Perfecta, que era claro que a quienes les urgían los Kleenex que Kinky Téllez le quiso entregar a su bellaco favorito, debería de repartirlos entre sus camaradas ultraderechosos que andan arrastrando la cobija. Si a mi Kinky le hicieran la mitad del borlote que le han armado al Noroñas (que solo quiere ponerle límites al clasismo, aunque se enoje Denise Dresser) ¡le exigiría a Netanyahu que bombardee a los comunistas de la Cuatroté!
Bueno, en esas anda la jueza Nancy Juárez, siempre a las órdenes de la mesurada y nada arrebatada ministra Piña, que amenaza con destituir y encarcelar a AMLO si no quita la reforma al Poder Perjudicial del Diario Oficial de la Federación. Y claro, después de las debidas carcajadas, se escuchó el grito de “¿¡Tú y cuántos más!?”.
Personalmente, creo que la única manera que hubiera sido aceptable para que viniera por acá don Felipe —que ni nuestro mirrey es—, sería vestido de Moctezuma Xocoyotzin leyendo el Chilam Balam con la Coatlicue. Y de paso que nos explique, ahí como cosa suya, por qué España acepta con gusto a mexicanos de muy dudosa reputación como mi licenciado Peña, Salinas de Gortari y el expresichente Jelipillo, que nada más desprestigian a los peninsulares. Digo, a menos que los vayan a usar como toros de lidia en las fiestas de San Fermín para que les den el chupinazo.
Como van las cosas, veo a la derechairiza con hambre de sed y de apapacho, repartiéndole a los mexicanos billetes de a un dólar como el tacaño de Donald Trump, a ver si así suben su rating.