Las diabluras del demonio

Laguna /

El Club Deportivo Toluca tiene mucho tiempo de ser diferente en el contexto de nuestro futbol nacional. Imposible olvidar de ellos la maravillosa etapa cuando dominaban por completo.

Con Santos tiene su especial relación casi única en nuestro contexto porque imposible olvidar la final de los penales fallados al tener tanta ventaja, y luego menos poder ignorar que en su infierno, los verdes se coronaron campeones.

Hoy las circunstancias son muy distintas. 

Ninguno de los dos ha podido ser campeón, los laguneros no aspiran a eso ni por asomo pero los escarlatas parece que traen toda la intención de sorprender al país. De esto no hay duda.

¿Se pronostica otra derrota en casa para Santos? Por desgracia sí. Ambriz nada tiene que ver aquí porque el bajo nivel del plantel supera, y por mucho, las posibles capacidades del director técnico quien por más bellos conceptos que exponga, no le alcanzan para remediar.

Son muchos más los faltantes que las aportaciones. La desproporción entre deseos y realidades es abismal.

La insistencia de “estate tranquilo” o el “yo sé cómo remediar esto” ha sido una reiteración inútil porque el futbol de los rivales ha superado siempre al de los verdes, incluyendo el partido ganado a Necaxa.

Las “diabluras del demonio” todos las apreciamos y hasta con admiración. Conocemos sus alcances que inspiran hasta exigirle un buen desempeño y desarrollo de su futbol. 

Por ningún lado se puede percibir el triunfo lagunero.

A esto hemos llegado con el pobre Santos. 

Ni modo. Así lo quisieron, así lo diseñaron, y así tenemos que convivir con esta tan incómoda realidad donde la afición que todavía permanece cada vez se desilusiona más.

Y no es culpa única de Ignacio Ambriz. La responsabilidad la mandaron traer.

  • Juan Gómez Junco
  • gjunco.juan@gmail.com
  • Columnista desde 1988 en La Opinión...(hoy La Afición). Egresado del Tec de Monterrey en 1974, Licenciado en Administración de Empresas.
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