Aunque el abordaje de la creación de realidad se remonta muchos milenios atrás a culturas como la Tolteca o la Hinduista, el concepto se popularizó en Occidente en 2006, con la publicación del libro “El secreto de Rhonda Byrne”, el cual aborda la denominada Ley de la atracción, que postula que los pensamientos positivos atraen cosas positivas, mientras que los negativos atraen cosas negativas.
Lo cierto es que el pensamiento positivo orienta a la mente, que como sabemos no está separada del cuerpo, las emociones o el espíritu, a un estado de apertura para poder reconocer caminos que se abren o para recibir la abundancia siempre disponible del Universo, pero la sola apertura no garantiza que uno pueda gestionar sus propias programaciones y restricciones. Manifestar implica la reprogramación de la mente subconsciente.
Para las neurociencias, como explica el blog mindvalley.com, son las conexiones neuronales las responsables de que un deseo se manifieste y esto sucede gracias a un mecanismo cerebral llamado plasticidad sináptica.
Cuando el cerebro está inmerso en un nuevo aprendizaje, establece una serie de conexiones neuronales o circuitos como rutas para la intercomunicación o sinapsis de las neuronas, y esto se logra a través, sí del aprendizaje, pero sobre todo de la práctica o repetición, “de forma muy parecida a como se forma un camino de montaña a través del uso diario de la misma ruta por un pastor y su rebaño. La plasticidad sináptica es quizás el pilar sobre el que la asombrosa maleabilidad del cerebro descansa”, y de lo que depende poder salir de control del inconsciente.
Para el efecto, el yoga propone posturas como Dekasana, conocida en español como la postura del Avión; Eka pada rajakapotasana, la postura de la Paloma real; o Matsyasana Baddha Konasana Pada, la postura del Pez con piernas de mariposa; que estimulan el sexto chakra, también conocido como el Tercer ojo. Ubicado en el entrecejo es ahí donde reside la intuición y la visión interior para poder reconocer nuestros condicionamientos y tener acceso a nuestra sabiduría innata clara y luminosa.
No obstante, habría que recordar que cuando se abre el armario secreto del inconsciente tal vez las prioridades y los deseos cambien. No todo lo que deseas es lo mejor para ti y sobre ello el misterio del Universo, la Fuente, tu ser Superior, Dios o como cada quien le quiera llamar, sabe más.