Aunque en la mayoría de los casos es difícil distinguir sin un examen de por medio entre un caso de covid y uno de gripe común, de acuerdo con autoridades sanitarias las nuevas variantes de Sars-CoV-2, KP.2 y KP.3, pertenecen a la familia de ómicron, una cepa contagiosa y fácilmente transmisible.
Es por eso que es importante conocer las causas que atentan contra el aparato de defensa del organismo: un sistema inmune disminuido es incapaz de detectar y combatir células infectadas por bacterias y virus, lo que favorece la multiplicación de estos agentes patógenos, la infección de nuevas células y la aparición de cuadros de enfermedad.
Estrés, un estado emocional negativo, depresivo o ansioso, falta de sueño, cambios de temperatura y deficiencia de vitamina D pueden debilitar las defensas del cuerpo. Otro factor que incide en el sistema inmunitario es la acumulación de toxinas y la permeabilidad del intestino, pieza clave de este sistema.
De entrada, la práctica de yoga promueve que la linfa, —el líquido encargado de recoger agentes y partículas tóxicas, como bacterias, virus y células muertas, para luego filtrarlos a través de los ganglios—, fluya sin obstáculos y cumpla su función.
La linfa circula por efecto de la gravedad y las contracciones musculares, de ahí que la actividad física sea fundamental para mantenerla en movimiento. Siempre que la cabeza está debajo del corazón —en posturas como Viparita Karani o el Perro mirando abajo— este líquido de glóbulos blancos fluye hacia el sistema respiratorio, que es por donde suelen entrar los microbios. Al regresar a la posición vertical, la linfa pasa a través de los ganglios, desechando los gérmenes.
Por otro lado, las posturas que abren el pecho como la Cobra, el Pez, el Puente o el Arco, estimulan el flujo sanguíneo hacia el timo, situado detrás del esternón y donde ocurre la producción de células T, o lo que es lo mismo, la primera línea de ataque del sistema inmunitario.
Dado el sedentarismo de las comunidades urbanas, la circulación se estanca, lo que causa acumulación de toxinas y mucosidad. La práctica de asanas de torsión, como Marichyasana, la postura del Sabio, o la Silla con giro, promueven el flujo sanguíneo y linfático, y la limpieza natural de los órganos.
(Con información de misistemainmune.es, elpais.com y milenio.com)