Ashtanga, Flow, Power, Jivamukti o Vinyasa Yoga son algunos de los estilos dinámicos que muchas personas buscan en la actualidad, y lo que los une es la práctica de vinyasas o secuencias energéticas de asanas unidas entre sí, en sincronía con la respiración.
El término sánscrito Vinyasa se traduce a partir de Vi, que significa “colocar en una forma determinada de acuerdo con un contexto” y Nyasa que se refiere a “santificar o lograr un estado meditativo mediante la concentración en un punto para luego liberarlo”.
La palabra Vinyasa aparece en un antiguo texto hoy desaparecido, de nombre Yoga Korunta, atribuido al sabio Vamana Rishi. Las enseñanzas ahí contenidas describían un sistema completo de yoga, con cientos de posturas y sus vinyasas, y fueron la base de lo que T. Krishnamacharya, considerado el padre del Yoga moderno, transmitió a sus alumnos BKS Iyengar y Sri K Pattabhi Jois, entre otros.
De acuerdo al yogui y autor Denis Criado, en la práctica de vinyasa “combinamos la parte activa del asana, el movimiento y la respiración, y la parte pasiva del asana, parada y exhalación” para entrar en equilibrio con el fluir del prana o energía vital, desde el centro del cuerpo. Lo cierto es que este estilo de yoga requiere de constituciones fuertes y ágiles para soportar el gran esfuerzo que demanda.
El propósito del vinyasa, entonces, es lograr que el flujo de energía limpie y libere los bloqueos y con ello conseguir la liberación de nuestro “potencial espiritual latente interno”. A nivel físico “la combinación de las asanas con el movimiento y la respiración hacen que la sangre circule alrededor de todas las articulaciones. El calor que se genera ayuda a eliminar impurezas que son expulsadas del cuerpo a través del sudor durante la práctica. Si la vinyasa se sigue correctamente el cuerpo llega a ser sano y fuerte”.
En cada secuencia, como ésta para equilibrar los chakras que te proponemos hoy, cada postura está unida a la siguiente a través de una transición dinámica armonizada mediante la respiración. En términos de Srivatsa Ramaswami: “La unión del cuerpo y la mente tiene lugar con el acto de la respiración como arnés”.
Existe un patrón general para las vinyasas, como señala la yoguini Xuan Lan, donde normalmente se inhala al subir y se exhala al bajar: “La inhalación nos llenan de “prana” y la exhalación nos llena de “apana”, una energía hacia abajo, que limpia”.