Hasta hace poco, muchos pensábamos que la Guardia Nacional "por omisión o por complicidad", pero no actuaba en contra de los delincuentes que operan en la autopista México-Puebla, ya que hasta ahora no han detenido a ninguno en plena acción.
En lo personal considero que su trabajo es ineficaz, porque en esa vía ocurren a diario una decena de atracos y nunca hemos escuchado que desarticulen a una banda o ya de perdido que detengan in fraganti a un criminal.
De eso pueden dar cuenta los propietarios de líneas de transporte que registran pérdidas de 10 millones de pesos al día, y aunque las aseguradoras puedan reponerles el dinero, es una situación que no debería suceder o al menos con impunidad como ocurre en estos momentos.
En pocas palabras, los elementos de la ex policía Federal de Caminos sirven para extorsionar a los automovilistas y traileros, en lugar de servir o proteger, como dice el lema de las corporaciones de seguridad en nuestro país.
Este martes circularon en las redes sociales algunos audios donde César Eduardo G., a quien levantaron de un restaurante en la Plaza Solesta, y posteriormente fue asesinado, admite que el crimen organizado cuenta con el apoyo de la Guardia Nacional a cambio de jugosas cantidades de dinero.
Las autoridades estatales señalan que antes de ser ejecutado por el Operativo Barredora, caso que se encuentra bajo investigación de la Fiscalía General del Estado (FGE), habría confesado sus actividades ilícitas.
A través de un video difundido en redes sociales que presuntamente fue realizado por integrantes del Operativo Barredora, se puede ver a César Eduardo, identificado como el Pelón, y de quien se dice es miembro de una banda delictiva que roba vehículos de carga en autopistas colindantes a Puebla.
El hombre de aproximadamente 24 años de edad que permanece amarrado de manos y vendado de los ojos, asegura pagaban por seguridad a un miembro de la Guardia conocido como El Rojo y a Alexis N., alias El Jaguar, quien se ostentaba como miembro del crimen organizado y que fue ejecutado junto a su escolta en el Big Bola Casino de Sonata el 9 de julio del presente año.
Aunque se trata de la versión de un delincuente y tampoco se le puede dar todo el crédito, la autoridad federal deberá investigar hasta las últimas consecuencias si lo que confiesa antes de morir es cierto. Por el bien de la todos deben limpiar el nombre de la corporación.