Nápoles

Ciudad de México /

Un amigo que vive en la colonia Nápoles habla de esas calles con orgullo, como si él las hubiera trazado, por eso llama a la zona, entre vaciladas y chistes, Manhattan. A mí no me gusta esa colonia que sigue en parte el Viaducto Presidente Miguel Alemán, por donde se llegaba a la Compañía Constructora ICA. Desde luego ya no existe esa empresa del Estado, pero yo recuerdo que caminé por esa acera muchas veces. El proyecto se debe a José Villagrán y eran tres edificios con acabados de concreto. Horribles.

En Insurgentes, en la Nápoles, estaba el Parque de la Lama, sustituido ahora por el World Trade Center, que un día quiso llamarse Hotel de México. Manuel Suárez y Suárez, que era un empresario ladrón, y Guillermo Rossel de la Lama iniciaron esa construcción en 1966. Nunca pudo ser hotel y muchos años después, en 1992, abrió sus puertas como el World Trade Center.

En el pasado, esos terrenos se conocían como el Rancho Amores y el Rancho Nápoles, un espacio de una zona ladrillera cercana al pueblo de Mixcoac. Mi amigo no sabe que vive en lo que fue una ladrillera. No tendría por qué saberlo, nomás faltaba. Los urbanizadores empezaron a construir la Nápoles a principios del siglo XX, la ampliación ocurrió en los años cuarenta. La Nápoles surgió cerca de un gran bosque con huertos que luego se llamó Colonia del Valle: Moras, Fresas, Tejocotes, Manzanas. Todo ese terreno cambió a finales del siglo XIX cuando se estableció allí la ladrillera Nochebuena. Cuando cerró sus puertas de fuego surgió un bosque, el de la Nochebuena, que se llamó más tarde parque Luis G. Urbina, que luego se llamó Parque Hundido por su desnivel, como lo requerían las ladrilleras. Cuando este amigo del que les cuento le da vueltas atléticas al Parque Hundido, no sabe, o tal vez sí, que le da vueltas a unos de nuestros grandes poetas modernistas.

La zona de las ladrilleras se extendió hasta la Ciudad de los Deportes, en las oquedades se construyeron el estadio del Cruz Azul y la Plaza de Toros.

Todo esto para decir que la colonia Nápoles fue una ladrillera y que con los escombros que extraían para dejar claros los hundimientos, se construían las casas de los años cuarenta. No falla, todo se construye con los cascotes.


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