Se me perdió la cadenita

Ciudad de México /

Con el perdón, pero soy un autor notable de playlists. He trabajado mucho en esas listas que dominan la vida de nuestros días y logrado obras mayores. Una noche inventé esta obra mayor: “Grandes rolas muy cabronas”. Muy importante, este gran momento se distingue por “Blu Bayou”, de Linda Ronstadt y “Our House”, de los inigualables Crosby, Stills, Nash and Young. Largas noches.

Ustedes no tienen por qué saberlo, pero soy autor de otra gran playlist, ya famosa en los medios: “Jodidos himnos de la noche vieja”. Ah, lo que hemos sufrido con “La gloria eres tú”, “Piel canela” y “Perfidia”. Durísimo.

Mi creatividad no cesa y entonces tuve que crear “Fiestón, Linares”, en alusión a un buen amigo de mi hermano mayor que cuando se iban por allí y por allá se mandaban un recado: ¡Fiestón, Linares! Esta playlist sí está muy fuerte porque le trae “Matador”, “Chuntaros Style”, “La gota fría”, la “Cumbia de la cadenita”.

No sin cierto temor mandé al aire esta playlist: “Señoras enojadas II”. Uta, lo que viene en esta lista, digamos desde Lupe D’Alesssio hasta Rocío Durcal. Yo sufro. Y es obvio que si hay unas “Señoras enojadas II” debe existir unas “Señoras enojadas I”. Uf, no se la van a acabar porque son momentos muy difíciles.

Soy generoso. Regalé una buena lista: “Nostalgia muy perra”, buena como ella sola. Me pongo de pie y entono: “Lo pasado, pasado”, del Príncipe de la Canción.

En la casa de mi infancia nunca se cantaba. Mi mamá cantaba “La plaoma”, pero si eso ocurría quería decir que mi madre estaba tristísima. Algunos días mi papa cantaba “Vereda tropical”, eso quería decir que estaba borracho.

O sea, crecí en una casa sin música y sin canciones. Tal vez por eso me convertí en un gran creador de playlists. No faltarán los maledicentes que digan que yo no soy alegre, pues lo soy, y como todos los alegres soy triste. Pero esto no se los voy a jincar a mis padres, que bastantes problemas tuvieron los pobres. Deberíamos dejar en paz a los padres y las madres y hacernos cargo de nuestras vidas.

Dicho lo cual, haga usted su playlist. Yo canto de momento: Señora, a veces la vida nos lleva hasta la locura. Buen día a todos y todas.


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