Vine de cobertura a Miami y se me ocurrió prender la televisión abierta media hora. Que la vida me perdone por haberlo hecho. Venimos saliendo de nuestro propio ciclo electoral y pensamos que estamos curados de espanto, pero imaginen esto: están viendo programas de la mañana donde todo son risas, vino y alegría; llega el corte comercial: anuncios nacionales, y luego un bloque más largo que el peor de los infiernos con lo local.
Lo primero, una mujer asegurando que a pesar de estar a favor de la libertad de las mujeres a elegir sobre su cuerpo, ella no quería que su hija fuera un día a la escuela y regresara habiendo pasado por un aborto secreto. Eso no está pasando, pero claro que es para asustar a cualquiera. El siguiente anuncio tenía que ver con la mariguana, cuya legalización en este estado se decidirá en las urnas. Pareciera que para los que se oponen esta es peor que el fentanilo y el crack juntos, y la tragedia que narraron en 20 segundos es digna de un cortometraje de terror.
Apagué la tele y decidí salir a caminar un poco, tenía tiempo apenas para un par de vueltas a la manzana. Un joven muy atractivo me sonrió. Yo le sonreí. De pronto sacó un gorro rojo que decía, ya se lo imaginan, “Make America Great Again” y me preguntó ¿Ya lista para votar? Te regalo la gorra a cambio de una foto para nuestro Instagram. Decline amablemente. Esos fueron los primeros 15 minutos de mi mañana. Cuando lo comenté con un amigo de aquí me dijo: “ Y eso que no te están llegando los mensajes de texto, mails y robocalls 24 horas al día de todos los candidatos”. No, pues no. Hasta que cumplí 24 horas aquí, algo ocurrió con mi geolocalización y para cuando subí al avión ya me estaban llegando. Espero que eso se detenga pronto. Florida es bastante republicano, pero hay que admirar que le están echando ganas como si fueran un “swing state”, de esos cinco que decidirán estas elecciones el próximo 5 de noviembre. Así que todo mi cariño y solidaridad con nuestros amigos que viven en este infierno electoral, que solo se detiene un poco cuando inician los incesantes comerciales de medicinas en la programación de la noche.