Creo que me tengo que incluir entre aquellas personas quienes, cuando somos fans de algo, me cuesta mucho trabajo que lo retome otra generación y lo “resignifique”. ¿Son 20 años desde el estreno del musical Wicked, ¿suficiente para que ya estemos separados entre generaciones que no soportamos que nos cambien nada? Blancanieves fue la primera película animada de Disney y ahora que casi un siglo después la quieren reinventar la furia colectiva es desbordada.
Esto nos obliga a preguntarnos qué tanto tienen derecho las nuevas versiones de los clásicos a contar la misma historia con otro subtexto. Hasta donde he podido ver Wicked no hace eso con el musical estrenado en 2003, que para muchos puede parecer tan lejano como Blancanieves, para otros es un recuerdo bello de solo hace algunos ayeres. Sin duda, ya puede ser considerado un clásico, pero no podemos ser puristas e inflexibles considerando que viene de una novela que, a su modo, resignifica también a las brujas de El Mago de Oz. Esa es su gran aportación narrativa y es fantástica. La cinta pinta maravillosa en ese sentido al igual que en lo visual y musical.
¿De verdad se tenía que molestar tanto Elphaba, Cynthia Erivo, porque un fan del musical decidió “arreglar” el póster de la cinta para que se pareciera más al del musical? ¿De verdad la “borro”, como Erivo asegura? Vaya sí le tapó la cara un poco, a Ariana Grande también, con la intención de imitar las siluetas del póster icónico, y aunque entiendo que las actrices hacen un solo personaje y en el cine no me parece que el amor y la “pertenencia” de este personaje es algo tan particular y mágico que todos la hacemos nuestra de distintas formas. Al final, la que se elevará, literalmente, es ella, pero ningún lado es dueño ya de lo que un gran personaje en una enorme historia significa en la vida de todos los que somos fans.