Esta semana la revista británica The Economist mostró que durante el sexenio de Obrador el porcentaje de mexicanos que piensan que un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático se triplicó, pasando de 11% a 33%. Esto es peligroso. México es ahora el país más autoritario de América Latina.
El dato fue universalmente interpretado como evidencia de que la mayoría Obradorista le ha dado la espalda a la democracia. Y de que se han vuelto autoritarios por culpa del presidente.
Los datos, sin embargo, muestran lo que parece ser una historia muy distinta. Utilizando la misma encuesta de The Economist es posible identificar que, si bien es cierto que todos los mexicanos se han vuelto más autoritarios, los que más le han dado la espalda a la democracia son quienes reprueban la gestión del presidente, los opositores y las personas de buen nivel socioeconómico.
Tres datos son relevantes.
Primero, quienes votan por la oposición son más autoritarios, que quienes votan por el partido en el gobierno. Según la encuesta usada por The Economist, entre los mexicanos que votan por la oposición el 36% es autoritario, comparado con solo 32% entre quienes votan por la coalición gobernante.
Segundo, el autoritarismo ha aumentado entre todos los mexicanos, pero sobre todo en aquellos de buen nivel socioeconómico. Como muestra la gráfica, mientras que entre las personas de mayores recursos el 38% es autoritario, entre las de menos recursos es de solo 22%.
Hace años yo ya había advertido en estas páginas del autoritarismo creciente entre personas que se identifican como clase alta o media-alta.
Tercero, quienes reprueban la gestión del gobierno de Obrador se han vuelto notablemente más autoritarios que el resto. Entre los que rechazan a Obrador el 39% es autoritario, comparado con solo 30% entre quienes lo aprueban.
Antes no era así. Quienes desaprobaban a Peña cuando éste era presidente no solían ser más autoritarios que quienes lo aprobaban. Los anti-Peña no eran autoritarios. Los anti-AMLO sí lo son.
Mucha más investigación será necesaria para explicar el creciente autoritarismo mexicano y sus causas. Pero, por ahora, lo que puede observarse es que quienes más autoritarios se están volviendo no son los Obradoristas, sino una minoría opositora, anti-Obradorista y de buen nivel socioeconómico. Son ellos a los que la democracia ya no le gustó.