La presencia de elementos de las fuerzas armadas en el puerto turístico de Sisal, en Yucatán, provocó el enojo de los habitantes de la comunidad, al considerar que era excesiva la cantidad de militares que acompañaron a personal de la Procuraduría Federal y de Protección al Ambiente (Profepa) durante la realización de diligencias.
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¿Qué pasó en Sisal?
Esto se debe a la devastación de 23 mil metros cuadrados de mangle botoncillo, en la última semana de febrero. La acción se realizó por los pobladores mismos.
Los habitantes, al considerar que eran miles de policías y marinos, decidieron cerrar el único acceso al pueblo mágico, quedando bloqueada la carretera que va de la cabecera municipal al puerto. Impidiendo así el paso de autos y turistas.
¿Cómo buscaba intervenir la Profepa?
La intención era que los agentes vigilaran la seguridad, tanto del personal de la Profepa como de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), quienes estarían trabajando en la zona de dunas, donde fueron cortados los manglares, provocando afectaciones para la fauna de la zona.
Durante la confrontación verbal, se registraron empujones y golpes con los elementos.
¿Por qué intervinieron en la zona los habitantes de Sisal?
Algunos de los vecinos, explicaron que "tienen derecho” a construir sus casas en ese terreno, argumentando que, mientras ellos son “perseguidos” por los tres niveles de gobierno, los extrajeron pueden comprar terrenos y devastar la zona de manglares.
Advirtieron que hay empresarios inmobiliarios interesados en el terreno para venderlo, en especial a gente de otros estados del país, o de Estados Unidos y Canadá, principalmente.
Paralelamente, los habitantes se manifestaron en la Unidad Académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que se encuentra en el puerto pesquero, con el fin de reclamar que los habían acusado ante la Profepa sobre la devastación del mangle.
MD