Ante el crecimiento desordenado de la Zona Metropolitana de Puebla y Tlaxcala (ZMPT), se presenta un efecto denominado “empuje y arrastre”, el cual aumenta la vulnerabilidad de más de dos millones 700 mil habitantes de 31 municipios de ambas entidades.
De acuerdo con la investigación “Vulnerabilidad social y cambios ambientales en la zona metropolitana Puebla-Tlaxcala”, dirigido por Sergio Flores González, investigador de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), en el área conformada por demarcaciones poblanas y tlaxcaltecas el crecimiento acelerado está detonando corredores, centros y núcleos de elevada vulnerabilidad natural y social para su población.
La investigación resalta que, en 10 años, la población de la zona metropolitana de Puebla creció a un ritmo de 24 por ciento; con ello, para 2030 se contará con más de tres millones 100 mil habitantes que requieren servicios y mejores condiciones urbanas para que se eleve su calidad de vida, de lo contrario, se presentarán mayores problemas relacionados con desastres provocados por agentes perturbadores naturales y sociales.
En la zona metropolitana Puebla-Tlaxcala que se compone por 31 municipios, de los cuales 12 corresponden al estado de Puebla y 19 al de Tlaxcala, entre estos las dos capitales, presentan en el proceso de metropolización, efectos de “empuje y arrastre” generados por la localidad central, que en este caso es la angelópolis.
El efecto empuje y arrastre se relaciona con que una carga empuja o arrastra a otras para trasladarla de un lugar a otro; con ello, se presentan diferentes complicaciones entre las poblaciones.
Los municipios de la zona metropolitana que registraron un mayor crecimiento de su mancha urbana, por el lado de Puebla son la capital, San Pedro Cholula, San Andrés Cholula, Amozoc, Cuautlancingo y Coronango; por el territorio tlaxcalteca, el fenómeno se presentó en San Pablo del Monte, Papalotla y Tenancingo.
El crecimiento de la mancha urbana de los ocho municipios de la Zona Metropolitana de Puebla se detonó a partir 2010 y continúa hasta este momento, por lo que aumentan las demandas de servicios públicos.
Como parte del efecto denominado “empuje y arrastre”, se presenta un aumento del riesgo para las familias ante el robo de combustible a ductos de Pemex, lo que aumenta la vulnerabilidad de los habitantes.
De forma adicional, se registra un aumento del parque vehicular, crece la contaminación de ríos, lagos y cuerpos de agua; mientras que diversas zonas industriales y comerciales carecen de trabajos de mantenimiento.
Ante las complicaciones generadas por el crecimiento desordenado de la mancha urbana, la investigación resalta el aumento de daños por la presencia de fenómenos naturales como sismos, lluvias atípicas, inundaciones y vulcanismo.
“La curva de aprendizaje ha sido lenta, pues durante las recientes décadas, vemos que no hay una adecuada campaña de difusión para hacerles frente, ni la generación de una educación ni cultura de la prevención civil que anticipe y prepare a la población para atender estos problemas”, sostuvo.
La vulnerabilidad de la población de la zona metropolitana de Puebla y Tlaxcala se multiplica ante la combinación de factores naturales y agentes perturbadores sociales, así como la falta de planes de prevención y planeación.
“Es probable que fenómenos naturales se sumen a los cambios ambientales producidos por la mano del hombre, como la deforestación de extensas zonas de áreas verdes, los cuales vendrían a complicar y ampliar esta problemática”, destaca el análisis del investigador de la UAP.
Necesario, modelo de gestión social
El proyecto de investigación que encabeza Sergio Flores González propone que en la Zona Metropolitana de Puebla y Tlaxcala se establezca un modelo de gestión social con campañas de prevención civil y financiamiento.
“Se requiere de la formulación de un modelo de gestión social que integre campañas de difusión y educación para la prevención civil, financiamiento para la atención de la vulnerabilidad social, así como la participación de los sectores público, social y privado. El componente de este modelo debe ser un código de ética que coloque a los derechos humanos como principal eje”, destaca el análisis.
Al mismo tiempo, la investigación resalta la importancia de que se ponga en marcha una cultura de prevención ante la vulnerabilidad social que aumentará por los efectos de los cambios ambientales y la dinámica social.
Sismos, inundaciones, deslaves, explosión de empresas, incendios y amenazas del volcán Popocatépetl, forman parte del entorno que pone en riesgo a la población de la Zona Metropolitana de Puebla y Tlaxcala.
“No existe una cultura de prevención para atender los posibles efectos de los cambios ambientales en la vulnerabilidad social, ni en la ciudad de Puebla y menos en el resto de los municipios que conforman la metrópoli”, establece la investigación.
El proyecto llama a identificar las causas centrales que propician los cambios ambientales y sus efectos en la vulnerabilidad social de la Zona Metropolitana de Puebla y Tlaxcala.
“Se trata, en esencia, de preservar la vida y la seguridad de millones de personas, así como la inversión y los activos en infraestructura económica y social”.
Industria automotriz concentra a poblaciones
Ante el crecimiento de la industria automotriz, 46 por ciento de la población total de la entidad poblana se concentra en 10 municipios que forman parte de la Zona Metropolitana, explicó Mario Gómez Soberón, coordinador regional en Puebla del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
“La concentración de población se ha modificado en la zona centro del estado debido, entre otros factores, a las plantas automovilísticas. Esto explica que 46 por ciento de la población se concentre en los diez municipios más poblados”, comentó.
En la parte del norte del estado, se registró una menor distribución de la población; mientras que en la zona centro se aprecia un cambio en la dinámica de concentración de la población, expresó el académico.
“Vemos la forma en que Puebla capital se fue ocupando, aunque tiene una menor tasa de crecimiento, su situación es compleja porque ya no hay espacio. La atención de servicios es muy compleja. Ahora, la mancha metropolitana de Puebla se ve que cambió y se puede ver que los municipios aledaños son los que tienen mayor crecimiento. Nuestra tasa de crecimiento poblacional es de 1.3 por ciento. Vemos una concentración de población en la zona metropolitana de Puebla, en la región Puebla-Tlaxcala”, expresó.
Dominan pobreza y desorden en Xochimehuacan
San Pablo Xochimehuacan, donde el pasado domingo ocurrió una explosión a causa de una toma clandestina a un gasoducto de Pemex, registró un aumento poblacional de 29.6 por ciento en la última década, concentrando su actividad econólica en los sectores de comercio e industria.
De las 17 juntas auxiliares en que se encuentra dividida la angelópolis, esta demarcación, ubicada en la parte norte de la capital poblana, es la sexta más poblada con 84 mil 027 habitantes.
Francisco Vélez Pliego, coordinador del Observatorio Urbano Metropolitano del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSyH) de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), destacó que esta junta auxiliar se caracteriza por una situación de desorden territorial donde los vecinos enfrentan una situación de pobreza y están expuestos a riesgos.
"Es una problemática socialmente muy compleja porque son zonas de pobreza, de marginación y de irregularidades”, explicó el especialista en urbanismo.
En entrevista para MILENIO Puebla, el investigador destacó que la población en esta zona de la capital del estado no sólo enfrenta carencias, sino que se encuentra en una condición vulnerable, toda vez que el desarrollo habitacional se presentó sobre infraestructura industrial, ductos que transportan combustibles; además, el terreno es susceptible a inundaciones, al estar ubicado en las laderas de La Malinche.
“Es una superficie que tiene amplias zonas y predios irregulares. Es una zona, cuyo crecimiento, evidentemente, no ha respetado los derechos de vía, la infraestructura energética, lo que son ductos, líneas de conducción de energía eléctrica. Incluso, tenemos zonas irregulares e invadidas con un sistema de drenaje natural que viene de La Malinche, tenemos ocupación de áreas inundables y tenemos esta característica topográfica”, comentó.
San Pablo Xochimehuacan comenzó a desarrollarse en la década de los sesenta como parte de un primer corredor industrial en los límites de la zona norte de la ciudad de Puebla.
La zona concentró entonces, el desarrollo de infraestructura para el asentamiento de empresas de sectores como el de alimentos, textiles, productos químicos y ahora, también, se caracteriza por su vocación comercial.
Su dinámica implicó el crecimiento poblacional. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en la junta auxiliar se registró en el año 2010, una población total de 64 mil 824 habitantes, 14 mil 908 viviendas y más de 4 mil unidades económicas.
Actualmente, la demarcación se divide en 19 colonias y radican 84 mil 027 personas, cifra que representa el cinco por ciento del total de habitantes del municipio de Puebla.
AFM